Desde las 10 de la mañana, columnas de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), junto al Movimiento Evita, Barrios de Pie, MTE, CCC y el Frente Nacional Piquetero, se movilizaron hacia el Congreso y otros puntos estratégicos. La protesta incluyó ollas populares y asambleas, en lo que los organizadores describen como el inicio de un “diciembre caliente”.
La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) acompañó la jornada con un paro nacional, rechazando la reforma laboral y reclamando reapertura de paritarias. “Se trata de una reforma pro mercado que busca disciplinar a la fuerza de trabajo”, señaló Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, quien recordó que la doble indemnización en el pasado no impidió la creación de empleo registrado.
El secretario general de la UTEP, Alejandro “Peluca” Gramajo, advirtió que la situación social es crítica: endeudamiento familiar, pagos con tarjetas y billeteras virtuales, y hasta prestamistas narcos en barrios populares. “Necesitamos un modelo económico nacional con centro en el trabajo y la producción. Hoy la economía popular sostiene a millones de personas, pero sin derechos”, afirmó.
Las organizaciones sociales y sindicales coinciden en que la reforma laboral responde a exigencias del FMI y grandes grupos empresarios, precarizando aún más un mercado laboral golpeado por la indigencia. El Partido Justicialista acompañó con un comunicado titulado “Sí al trabajo, no a la precarización laboral del FMI”.
Las protestas se replicaron en Bahía Blanca, Mendoza, Salta, Rosario, Ushuaia y Jujuy, donde confluyeron colectivos indígenas y socioambientales contra la modificación de la Ley de Glaciares. En paralelo, ATE, las dos CTA y Libres del Sur acordaron un esquema de paros escalonados y movilizaciones conjuntas.
Desde el Ministerio de Seguridad confirmaron que se aplicará el protocolo antipiquetes, permitiendo solo la “circulación ordenada de columnas” y evitando cortes prolongados. En la Casa Rosada relativizan la capacidad de movilización, pero los movimientos sociales anticipan que las acciones se intensificarán hacia fin de año.
El 11 de diciembre, las organizaciones acompañarán la marcha de organismos de derechos humanos en Plaza de Mayo, buscando unificar reclamos y dar volumen político a las protestas de diciembre. La crisis alimentaria, la falta de trabajo y la reforma laboral son los ejes que marcan un mes de tensión social.
✍️ Redacción Diario Inclusión










