“Todo el mundo sabe que la Vicepresidente no es parte del proyecto”, afirmó Adorni, quien insistió en que la ruptura con Villarruel no es nueva. “El Presidente considera que no es parte de la gestión desde hace muchísimo tiempo”, agregó, minimizando el impacto institucional de la fractura.
El vínculo entre Milei y Villarruel, compañeros de fórmula en 2023, se ha deteriorado al punto de la exclusión total. Adorni remarcó que la vicepresidenta “no forma parte del día a día ni del norte del Gobierno”, y que su rol institucional no implica participación en las decisiones ejecutivas.
Durante “La Derecha Fest”, Milei acusó a Villarruel de “romper la primera ley de la economía: la ley de la escasez”, y la calificó como “la bruta traidora” ante una audiencia eufórica. El evento, presentado como “el más anti-zurdo del mundo”, funcionó como reafirmación ideológica del oficialismo y escenario de ruptura definitiva.
Adorni relativizó el conflicto: “Son cuestiones de la dinámica de todos los días de la política”. Aseguró que el Gobierno ha funcionado “con resultados bastante prominentes” pese a la tensión interna, y pidió no sobredimensionar las definiciones del Presidente.
La exclusión de Villarruel se da en medio de una creciente disputa por el armado de listas legislativas y el control del espacio libertario. Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, publicó un mensaje en redes sociales exigiendo “lealtad como condición” para integrar el proyecto, en clara alusión a las tensiones internas.
La frase “Roma no paga traidores”, repetida por Milei y sus seguidores, se convirtió en consigna del evento y símbolo de la ruptura. En este nuevo escenario, la vicepresidenta queda aislada del núcleo de poder, y el oficialismo redefine su identidad sin ella.
Redacción Diario Inclusión