La región del Noroeste Argentino (NOA) volvió a ubicarse entre las más golpeadas por la suba de precios en el país. Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación de marzo en el NOA fue del 4,3 por ciento, por encima del promedio nacional, que se ubicó en el 3,7 por ciento.
El informe del organismo estadístico detalla que los aumentos en el NOA estuvieron impulsados principalmente por el rubro educación, que trepó un 31,8 por ciento en el mes, el mayor incremento del país en ese sector. La suba estuvo directamente relacionada con el inicio del ciclo lectivo y los ajustes generalizados en las cuotas escolares. También se destacó el aumento de alimentos y bebidas no alcohólicas, que alcanzó el 6,1 por ciento, con especial incidencia de verduras, carnes y productos lácteos.
Los precios de verduras, tubérculos y legumbres aumentaron un 28 por ciento en la región, mientras que carnes y derivados subieron un 5,2 por ciento. La leche, los lácteos y los huevos se incrementaron un 4,1 por ciento, y los aceites y grasas, un 4,2. En conjunto, estos alimentos básicos empujaron con fuerza el índice mensual y afectaron especialmente a los hogares de menores ingresos, donde el peso de la canasta alimentaria es más significativo.
En el acumulado del primer trimestre de 2025, el NOA registró una inflación del 9,8 por ciento, también por encima de la media nacional, que fue del 8,6 por ciento. En la comparación interanual, los precios en la región subieron un 57,9 por ciento frente a marzo del año pasado.
El dato se conoció el mismo día en que el Gobierno nacional anunció el levantamiento del cepo cambiario y la aprobación del nuevo acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional. En paralelo a esas definiciones de alto impacto político, el INDEC publicó el índice de inflación de marzo a nivel nacional, que marcó un alza del 3,7 por ciento, muy por encima del 2,4 por ciento de febrero.
A nivel país, educación también fue la división que más aumentó, con una suba del 21,6 por ciento, seguida por alimentos y bebidas no alcohólicas, con un 5,9. Esta última fue la división de mayor incidencia en todas las regiones, por las subas en verduras, legumbres y carnes. Los rubros con menores variaciones fueron bebidas alcohólicas y tabaco (0,8 por ciento) y recreación y cultura (0,2 por ciento). En cuanto a las categorías, los precios estacionales encabezaron los aumentos con un 8,4 por ciento, seguidos por los regulados y el IPC núcleo, ambos con un 3,2 por ciento.
Desde el Ministerio de Economía destacaron que el 3,7 por ciento es el índice más bajo para un mes de marzo desde 2020, y que la inflación interanual del 55,9 por ciento representa el undécimo mes consecutivo de desaceleración frente al mismo mes del año anterior. «La inflación interanual fue la menor desde marzo de 2022», señalaron desde el Palacio de Hacienda.
Pese al discurso oficial, los datos muestran que en muchas regiones del país, y en particular en el NOA, el alivio aún no se percibe.
Los servicios básicos, los que más aumentaron
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional tuvo en marzo de 2025 una variación interanual del 55,9%, con una mayor incidencia de educación, vivienda y servicios básicos. Así lo informó ayer el Indec en el detalle de la evolución de los precios.
La división con mayor incremento fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, que subió un impactante 149,0%. Le sigue Educación, con un 99,2%, producto de los ajustes en las cuotas escolares y servicios educativos.
Otras subas significativas se dieron en Restaurantes y hoteles (76,1%), Comunicación (69,9%) y Salud (51,8%).
En el otro extremo, las divisiones con menor variación fueron Equipamiento y mantenimiento del hogar (36,4%), Bienes y servicios varios (44,7%) y Prendas de vestir y calzado (44,6%).
Aunque sus porcentajes son menores en comparación con otras categorías, se mantienen por encima del 30%, lo que refleja una inflación alta en todos los rubros.
Estos datos muestran que, aunque el ritmo inflacionario ha bajado respecto a 2024, el impacto en los servicios básicos y esenciales continúa siendo severo, afectando especialmente a los hogares con mayores gastos en educación y vivienda.