La Plaza de Mayo volvió a ser epicentro de una masiva manifestación política. Convocada por el Partido Justicialista, la movilización reunió a una multitud heterogénea que, sin grandes aparatos sindicales ni estructuras partidarias visibles, expresó su respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, actualmente bajo prisión domiciliaria.
La jornada estuvo marcada por una fuerte carga simbólica. Carteles, pasacalles y cánticos recordaron los hitos de los gobiernos kirchneristas: desde la Asignación Universal por Hijo hasta el satélite ARSAT. El colorido merchandising peronista —remeras, pilusos y peluches con la imagen de Cristina— reforzó su figura como ícono central del movimiento.
Uno de los momentos más emotivos fue la reproducción de un mensaje grabado por la propia expresidenta desde su domicilio. “Lo que más me gustó fue escucharles cantar otra vez ‘Vamos a volver’”, expresó, en alusión al cántico que resonó con fuerza durante toda la jornada. La frase fue interpretada como un guiño a una posible reaparición política.
La movilización también sirvió como plataforma para articular un incipiente frente opositor al gobierno de Javier Milei. Aunque no hubo discursos en vivo, un locutor definió el acto como “el primer día de la resistencia hasta que Cristina esté libre”, lo que fue seguido por la entonación del himno nacional y la tradicional marcha peronista.
A diferencia de otras convocatorias, esta vez la presencia de gremios fue escasa. La mayoría de los asistentes llegó por cuenta propia o en grupos autoconvocados. “Veníamos hablando en todas las sobremesas que algo había que hacer. A esta plaza no podíamos faltar”, relató un músico de zona sur que participó junto a su comparsa.
La protesta también tuvo réplicas en distintas provincias, lo que refuerza la idea de un respaldo federal a la figura de Cristina. En los balcones de edificios cercanos, vecinos colgaron banderas y aplaudieron el paso de la columna principal, que colmó las arterias del microcentro porteño.
El acto cerró con la canción “Todo preso es político” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, elegida como mensaje final. La consigna fue clara: Cristina sigue siendo el eje de una identidad política que, pese a los embates judiciales, conserva capacidad de movilización.
Redacción Diario Inclusión