Al «repudiar» la decisión de Milei respecto del universidad de Río Tercero, Llaryora dijo que se trata de «una conquista que Río Tercero se merece, por lo que pasó en Río Tercero (el atentado de la Fábrica Militar durante el Gobierno de Menem), Río Tercero no se merece que le corten el proceso universitario».
Luego, el gobernador cordobés arremetió por X: «Los riotercerenses no merecen que les corten este proyecto universitario, tienen la solidaridad de los cordobeses y de este gobernador. Los países crecen con educación, no sin educación», reforzó.
Por ahora, la jugada es en solitario: Ferrer espera sentarse el próximo 6 con Pettovello y revertir la decisión de dar por caída la casa de altos estudios de su ciudad: el intendente argumentará que, además de ser una «reparación histórica» por el atentado, el rector normalizador trabaja ad honorem y que la formulación del plan académico no le cuesta un peso al Estado nacional.
«Marcos no puede romper cuando hay en medio una negociación posible. Intentará sostener la universidad. Si el 6 hay una respuesta negativa, analizará cómo seguir», dicen en el entorno de Ferrer, quien sabe que puede presionar con los votos del subbloque Evolución en el Congreso. La creación de una universidad también será su sello de gestión para un eventual despliegue provincial.
Más allá del tenor de los argumentos que exhiba Ferrer ante Pettovello, hay lecturas políticas: la de Río Tercero fue una universidad creada en el tramo final de la campaña de Sergio Massa para la elección general, y la designación del rector normalizador ocurrió días antes del balotaje; por lo que todo el proceso se leyó como un gesto del ex ministro de Economía hacia Evolución. Como se recordará, la creación de la Universidad Nacional de Río Tercero fue en un paquete junto a las de el Delta, de Pilar, de Ezeiza y de Madres de Plaza de Mayo.
En Río Tercero, Milei logró el 74,6% de los votos en el balotaje. Las generales las había ganado con 31.7%.