La reciente condena a Cristina Fernández de Kirchner y su cumplimiento en prisión domiciliaria reconfiguró el tablero político del peronismo. Lejos de debilitarse, el espacio encontró en la adversidad una oportunidad para reagruparse. La contundente movilización en Plaza de Mayo revitalizó al kirchnerismo y empujó al Partido Justicialista (PJ) a acelerar la construcción de un nuevo frente electoral: “Peronismo”.
El martes se convocó a los apoderados del PJ en la sede de la calle Matheu para definir los aspectos legales de las alianzas de cara a las elecciones legislativas de septiembre y octubre. La foto de unidad que surgió del encuentro no garantiza un camino despejado, pero sí marca un punto de inflexión en la interna justicialista.
El nuevo frente busca aglutinar a todas las expresiones del peronismo, desde el kirchnerismo hasta sectores más dialoguistas, como el massismo. Sin embargo, persisten tensiones, especialmente con el gobernador Axel Kicillof, quien aún no define su rol en el armado bonaerense. La Cámpora y otros sectores presionan para que se respete la conducción de Cristina, incluso desde su reclusión.
La estrategia apunta a nacionalizar la campaña y polarizar con el presidente Javier Milei, quien atraviesa un momento de desconcierto político. La pérdida del control de la agenda por parte del oficialismo fue evidente tras la masiva marcha en apoyo a la expresidenta, que dejó al Gobierno sin capacidad de respuesta inmediata.
Los plazos apremian: el 19 de julio vence el límite para presentar listas en la provincia de Buenos Aires. En ese contexto, el PJ busca cerrar acuerdos que le permitan recuperar protagonismo en el Congreso y consolidar su base territorial. La unidad, aunque frágil, aparece como la única vía para enfrentar al oficialismo libertario.
Dirigentes peronistas coinciden en que el desafío será combinar la movilización militante con una estrategia electoral eficaz. “La foto del miércoles no es el final de la película”, advierten. El desenlace dependerá de la capacidad de los líderes para dejar de lado las diferencias y construir un proyecto común.
Redacción Diario Inclusión