La OMS define al tabaquismo como una enfermedad crónica derivada de la adicción a la nicotina y de la exposición continua a más de 7.000 sustancias químicas tóxicas y cancerígenas. El humo de tabaco contiene compuestos como benceno, monóxido de carbono, metales pesados y plaguicidas que dañan múltiples órganos y sistemas.
Dejar de fumar trae beneficios casi inmediatos: en pocos días mejora la circulación sanguínea y la función pulmonar, disminuyen la tos y las dificultades para respirar. A largo plazo, los exfumadores reducen el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, respiratorias crónicas y otras patologías asociadas al tabaco.
El consumo de cigarrillos multiplica por cinco o diez las posibilidades de padecer cáncer de pulmón y está vinculado a tumores de boca, esófago, páncreas, vejiga y otros órganos. También incrementa la incidencia de afecciones en niños por tabaquismo pasivo, como asma y otitis, y conlleva riesgos de infertilidad, impotencia y complicaciones en el embarazo.
Para apoyar a quienes quieren dejar el hábito, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC) lanzó una nueva edición de “Chau Pucho”, un programa integral que combina evaluación psiquiátrica, acompañamiento médico, apoyo psicológico, técnicas de relajación y seguimiento post-tratamiento. La propuesta arranca el 9 de octubre y tendrá lugar los jueves por la tarde con un costo accesible.
📝 Redacción Diario Inclusión