El gobierno decidió que la reforma laboral ingresará al Senado en febrero, con un mes de retraso respecto al calendario inicial. El proyecto está siendo redactado por el estudio Bruchou-Funes de Rioja, encabezado por Daniel Funes de Rioja, histórico referente de la UIA, y sus hijos Ignacio y Rodrigo.
El eje central de la propuesta es poner un tope a las indemnizaciones laborales en los nuevos contratos que se celebren tras la sanción de la norma. Se trata de una demanda de los empresarios más influyentes de la Argentina, que buscan reducir costos y previsibilidad en los despidos.
El texto aún no está cerrado y podría incorporar artículos elaborados por el ministro de Trabajo, Julio Cordero, junto al abogado corporativo Julián de Diego. También se evalúa incluir aspectos de la iniciativa “Mochila Argentina” de Teddy Karagozian, aunque los empresarios descartan replicar el sistema UOCRA de fondo de despido con aportes patronales.
La CGT ya adelantó que se opondrá con firmeza a los cambios. Dirigentes como Gerardo Martínez, de la UOCRA, mostraron su disconformidad en el Consejo de Mayo, y los nuevos secretarios Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello aseguran que no resignarán derechos laborales en medio de la crisis económica.
Los gremios comenzaron a diseñar su estrategia para frenar el proyecto en el Congreso. Entre sus primeras acciones, se reunieron en secreto con varios gobernadores, buscando apoyo político para bloquear la iniciativa en el Senado.
La pulseada promete ser intensa: mientras el círculo rojo empresarial apuesta a una reforma que limite costos laborales, los sindicatos se preparan para defender conquistas históricas. El desenlace marcará uno de los debates más calientes del inicio del año legislativo.
✍️ Redacción Diario Inclusión










