Gabriel Rubinstein, exviceministro de Economía durante la gestión de Sergio Massa, reapareció en un programa de streaming y dejó fuertes definiciones sobre la situación cambiaria y la gestión del actual gobierno. Aseguró que el tipo de cambio debería estar en torno a los $1.600 y afirmó que un dólar más alto sería necesario para aliviar la presión sobre diversos sectores productivos.
Rubinstein consideró que el actual valor del dólar oficial mayorista —alrededor de los $1.250 al momento de la grabación del programa— “es demasiado exigente para la economía” argentina. Según su análisis, un tipo de cambio real un 30% más alto permitiría “conciliar el momento” y reducir desequilibrios como el déficit de cuenta corriente y la falta de competitividad de sectores clave como la industria y el agro.
“El dólar barato es insostenible si no hay reservas”, advirtió el economista, y cuestionó duramente la decisión del gobierno de Javier Milei de minimizar la necesidad de acumular divisas en el Banco Central. “Firmaron un acuerdo con el FMI que exige acumulación de reservas y no lo cumplieron. Eso no es gratuito”, apuntó, en referencia a los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional, que sigue monitoreando los compromisos asumidos por Argentina.
Rubinstein también criticó el uso político del discurso económico. “El Gobierno dice una cosa y después hace otra. Te dicen que no van a intervenir y terminan comprando dólares a $1.250”, ejemplificó. También cuestionó las proyecciones que aseguraban que el tipo de cambio iba a caer al piso de la banda cambiaria: “Decían con soberbia que todo estaba bajo control, pero no fue así”.
Además, el economista consideró que los efectos de un dólar bajo sin reservas ya se sienten en varios frentes: una cuenta corriente más deficitaria de lo esperado, presión sobre las industrias locales por el ingreso de productos importados, pérdida de competitividad y una presión creciente sobre las cuentas fiscales debido a la baja rentabilidad del agro. “Si el dólar fuera más alto, no habría tanta presión para bajar las retenciones”, afirmó.
Desde el Gobierno, el ministro de Economía Luis Caputo ha defendido el esquema actual de bandas cambiarias, insistiendo en que se trata de un régimen de flotación controlada que permite cierta volatilidad sin perder el rumbo. Sin embargo, Rubinstein fue escéptico: “Es una flotación que sólo flota hacia arriba”, ironizó, y añadió que el riesgo es que el techo de la banda no se pueda sostener si el mercado percibe debilidad.
Finalmente, señaló que el gobierno podría verse obligado a reconocer un nuevo esquema cambiario más adelante, posiblemente después de las elecciones. “Hoy el mercado está en un modo ‘wait and see’”, explicó. “Pero si no hay cambios estructurales y no se construye una macroeconomía más robusta, las tensiones van a seguir creciendo”.
Redacción: Diario Inclusión.










