En una intervención que resonó en el tablero político, el diputado Emilio Monzó reclamó públicamente un cambio de Gabinete y cuestionó la actitud del Gobierno de Javier Milei. Durante su participación en la mesa de Mirtha Legrand, el dirigente pidió “una etapa renovada” tras un año y medio marcado por polémicas, escándalos y creciente descontento social.
Monzó apuntó contra la soberbia que, según él, caracteriza a la gestión libertaria. “La gente la está pasando mal y el Gobierno tiene que dar el ejemplo”, afirmó, en referencia a episodios recientes que generaron indignación, como los retornos en temas vinculados a la discapacidad. Para el diputado, el oficialismo perdió contacto con la realidad cotidiana de los argentinos.
El legislador también trazó paralelismos entre los escándalos actuales y los del gobierno anterior, como el cumpleaños de Fabiola Yáñez en Olivos durante la cuarentena. “No vimos buenos ejemplos en los últimos meses”, remarcó, sugiriendo que la falta de ética pública atraviesa distintos signos políticos.
Consultado sobre el préstamo de USD 20.000 millones recibido por Argentina, Monzó se mostró cauto pero esperanzado. “Fue un alivio, aunque no sabemos todavía la letra chica”, señaló, dejando entrever que el financiamiento externo puede ser útil, pero no reemplaza la necesidad de una conducción política sólida y confiable.
El malestar también se extiende al sector agropecuario. Monzó relató su visita a Junín, donde productores rurales expresaron su decepción con las políticas del Gobierno. “Están muy defraudados con lo que pasó ayer”, dijo, sin especificar el hecho, pero dejando en claro que el vínculo con el campo está deteriorado.
La crítica de Monzó se suma a una serie de voces que reclaman mayor apertura, diálogo y sensibilidad social. En un contexto de ajuste, inflación y pérdida de poder adquisitivo, el llamado a renovar el Gabinete refleja una demanda creciente por respuestas concretas y menos confrontación ideológica.
El Gobierno, por ahora, mantiene su núcleo duro sin cambios. Pero la presión política y social podría obligar a revisar nombres y estrategias. Monzó, con su estilo moderado pero firme, se posiciona como uno de los referentes que exige una conducción más empática y menos dogmática.
Redacción Diario Inclusión