Tras su reciente visita a Estados Unidos y el encuentro con Donald Trump, el presidente Javier Milei convocó una nueva reunión del Consejo de Mayo, en respuesta al pedido explícito de mayor gobernabilidad por parte del gobierno norteamericano. La cita se realizará este lunes en Casa Rosada, encabezada por el jefe de Gabinete Guillermo Francos.
El objetivo central será recomponer el vínculo con los gobernadores y avanzar en los diez puntos del Pacto de Mayo, firmado por varias provincias en 2024. La estrategia busca revertir el estancamiento legislativo y fortalecer la presencia oficial en el Congreso, en medio de reformas sensibles como la laboral, tributaria y la coparticipación.
Estados Unidos, que negocia asistencia financiera con Argentina, exige garantías institucionales para respaldar el paquete de medidas impulsado por Milei. El aval de Trump fue interpretado como un gesto de apoyo condicionado a una mayor articulación política interna.
Entre los asistentes confirmados figuran figuras clave del oficialismo y la oposición: Federico Sturzenegger, Alfredo Cornejo, Carolina Losada, Cristian Ritondo, Gerardo Martínez (UOCRA) y Martín Rappallini (UIA). También se espera la participación de gobernadores como Weretilneck (Río Negro), Sadir (Jujuy), Ziliotto (La Pampa), Passalacqua (Misiones), Sáenz (Salta), Orrego (San Juan) y Madera (La Rioja).
El temario incluirá el alcance de la ayuda financiera internacional, la implementación de reformas estructurales y la redefinición del esquema de retenciones, que impacta directamente en las economías regionales. La convocatoria busca mostrar cohesión institucional ante los mercados y actores externos.
En paralelo, se multiplican las voces que cuestionan la efectividad del Consejo de Mayo como espacio de diálogo real. Algunos sectores advierten que la iniciativa podría diluirse en gestos simbólicos sin impacto legislativo, mientras persisten las tensiones con bloques opositores.
La reunión será clave para medir el capital político del oficialismo y su capacidad de construir consensos en un escenario fragmentado. La presión externa, sumada a la urgencia económica, obliga al Gobierno a recalibrar su estrategia de poder.
Redacción Diario Inclusión