Crece la preocupación por parte de las autoridades sobre el estado de salud de los condenados.
Las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) se mantiene en estado de alerta ante el riesgo de que al menos uno de los rugbiers condenados por el asesinato de Fernando Báez Sosa tenga la intención de suicidarse dentro de la Alcaldía de Melchor Romero.
Hace unos días, se alertó sobre el estado psicológico que padecen algunos de los rugbiers. Ellos están inmersos en la depresión por la condena que recibieron, es por eso, que el SPB no descarta que alguno de ellos pueda quitarse la vida. Hace unas semanas, Máximo Thomsen, sentenciado a cadena perpetua, fue separado de las celdas a partir de un conflicto con otros de los integrantes del grupo.
Ayer se realizó una requisa en las celdas y se les secuestró un elemento clave para sus vidas diarias en la cárcel: los celulares. Uno de los rugbiers dijo: “Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos”.
Recordemos que, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Luciano y Ciro Pertossi recibieron la condena a prisión perpetua por cometer el delito de «homicidio doblemente agravado». Por otra parte, Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli, recibieron la pena de 15 años en prisión por «participación secundaria».
Thomsen, durante la lectura del juicio, se desmayó y su madre, Rosalía Zárate, expresó su frustración y sus sentimientos contra los periodistas y personas presentes en el tribunal. Ella parece haber sido el motor y el empuje para su hijo, sin embargo, ahora se encuentran incomunicados y el condenado tendrá que valerse por sí solo en la prisión.
