La sesión del Consejo de Seguridad de la ONU convocada para debatir el ataque con gas tóxico del martes contra una ciudad siria controlada por la oposición concluyó sin acuerdo y sin que se votara siquiera la propuesta de resolución presentada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos.
El borrador de resolución condenaba duramente el ataque contra Jan Sheijun, que dejó al menos 72 muertos, según las últimas cifras ofrecidas hoy por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El texto exigía un rápido esclarecimiento de los hechos y pedía información detallada sobre las misiones aéreas del Ejército sirio el martes y el nombre de los pilotos de helicópteros del Gobierno. Además, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) pedía reunirse con generales sirios y líderes del país.
El borrador no contemplaba sanciones pero amenaza con medidas coercitivas de forma indirecta.
En el debate, que duró dos horas, los embajadores de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad protagonizaron un fuerte enfrentamiento verbal por la situación en Siria.
El representante ruso, Vladimir Safronkov, consideró una provocación algunos fragmentos del texto y atacó directamente a su homólogo británico, Matthew Rycrfot: «¿Acaso ha revisado lo que ha escrito? Este borrador ha sido preparado precipitadamente y sin cuidado».
«Hasta que Rusia cambie su comportamiento el Consejo de Seguridad seguirá bloqueado», había dicho antes Rycroft. «Es la triste realidad a la que acostumbró al mundo. Nos ven como una mesa de diplomáticos que no hacen nada, con las manos cruzadas, condenados por la intransigencia rusa».
La embajadora estadounidense, Nikki Haley, llegó a responsabilizar directamente del ataque al presidente sirio Bashar al Asad y sus aliados. Al Asad es «un hombre sin conciencia» y «a Siria, Rusia e Irán (aliados de Damasco) no les interesa la paz», dijo Haley, presidenta de turno del Consejo.
Todas las miradas estaban puestas en la reunión de la ONU. También el presidente francés, François Hollande, había exigido una investigación de lo ocurrido y sanciones contra Al Asad.
La opositora Coalición Nacional Siria, por su parte, había pedido al Consejo que decretara una zona de exclusión aérea para los aviones del Gobierno sirio en el país.
Pero desde temprano se preveía el fracaso de la resolución después de que Rusia, con poder de veto, criticara el borrador y manifestara que continuaba apoyando a Al Asad, según dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por la agencia de noticias Interfax.
Rusia había desatado un nuevo cruce de acusaciones por el ataque, al ofrecer su versión del mismo: el Ministerio de Defensa ruso aseguró que fue provocado por un bombardeo del Ejército sirio, pero que la sustancia tóxica partió de una fábrica de armas químicas de los rebeldes de la oposición.
El Ministerio de Defensa ruso señaló que sus sistemas de vigilancia aérea captaron un ataque de la aviación siria contra un gran almacén de munición y armas de los rebeldes. En ese lugar había también una fábrica de proyectiles que eran cargados con sustancias químicas y enviados desde allí a combatientes en Irak, informó la agencia Tass.
La oposición negó esa información, que consideró una «mentira», dijo el número dos de la Coalición Nacional Siria, Abd al Hakim Bashar, en Estambul.
Mientras, la cifra de víctimas de uno de los peores ataques con gas tóxico en la guerra civil siguió aumentando, según los datos actualizados ofrecidos por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que habló de al menos 72 civiles, entre ellos 20 niños y 17 mujeres. Y podría ser aún mayor, en vista de la gravedad de los heridos.
También avanzan las pruebas que confirman que se trató de un ataque químico. Los síntomas de las víctimas apuntan al uso de armas químicas, concluyeron la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) en sendos comunicados publicados Ginebra.
Las víctimas no presentan heridas externas y sufren repentinamente síntomas como problemas de respiración graves, señaló la OMS en un comunicado. De las informaciones de expertos del país se desprende que los civiles fueron expuestos a al menos dos tipos distintos de gas nervioso, informó por su parte MSF. Se cree que se utilizó una sustancia similar al gas nervioso sarín y cloro.
Los hospitales de la zona tienen capacidades muy limitadas para tratar a los afectados, alertó la OMS.
El ataque había desatado una fuerte condena internacional. El propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se había mostrado «confiado» en que habría acuerdo, dijo en declaraciones al margen de una conferencia internacional sobre Siria que se celebró en Bruselas.
Sin embargo, el primer ministro libanés, Saad al Hariri, acusó a la comunidad internacional de su inacción. «Lamentablemente, nadie tiene las agallas de hacer algo contra este régimen», dijo en relación al Gobierno sirio. «Todo el mundo viene a Bruselas a hacer una declaración y el régimen también hizo su declaración en Siria», dijo en Bruselas.
La conferencia organizada por la Unión Europea (UE) en Bruselas se centró en la reconstrucción internacional en Siria, devastada por la guerra civil que dura ya más de seis años, después de que fracasaran varias rondas de negociaciones, la última en Ginebra la semana pasada.
El régimen de Al Asad ha sido acusado en varias ocasiones de utilizar armas químicas durante el conflicto, incluyendo un ataque en 2013 contra Ghouta, cerca de Damasco, con gas sarín, en el que murieron más de 1.400 personas.
En 2014, la OPAQ aseguró que Siria había entregado su arsenal declarado de armas químicas, pero tras el último ataque, la organización manifestó serias dudas y dijo que la misión «está en proceso de reunirse y analizar la información obtenida de todas las fuentes disponibles».
Mientras tanto, esta mañana Jan Sheijun, controlada por los rebeldes y ubicada en la provincia de Idlib, volvió a ser bombardeada.