La diputada nacional de La Libertad Avanza, Emilia Orozco, volvió a encender la polémica con sus declaraciones sobre la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Egresada de la propia casa de estudios, criticó que allí “solo se discute plata” y no calidad educativa, en línea con su defensa del ajuste impulsado por el Gobierno nacional.
El rector Miguel Nina no tardó en contestar. Con un mensaje breve pero tajante, sostuvo: “Sin presupuesto no hay calidad universitaria posible”. Una respuesta que dejó en claro que detrás de los números que se debaten en el Consejo Superior hay docentes, no docentes, aulas, laboratorios, programas de investigación y becas que sostienen la vida universitaria.
El cruce se da en un contexto particular: Orozco votó en contra del financiamiento universitario en el Congreso, lo que llevó a que la UNSa la declarara persona no grata. La decisión expuso la contradicción de una representante que se formó en la universidad pública, pero hoy respalda un modelo que la debilita.
Más allá de las frases, el trasfondo revela la tensión central: mientras desde algunos sectores se busca instalar que reclamar presupuesto es un gesto corporativo, desde la universidad se insiste en que sin financiamiento no hay posibilidad de garantizar calidad, inclusión ni futuro para miles de estudiantes salteños.
Redacción Diario Inclusión










