El canciller Jorge Faurie protagonizó un duro cruce con los empleados diplomático, que exigen el sostenimiento de todas las oficinas argentinas en el extranjero.
El presidente Asociación del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación (APSEN), Eduardo Mallea, cuestionó la posibilidad de que se cierren sedes diplomáticas y consideró que la medida obedece a una «visión miope y cortoplacista», en tanto que Faurie advirtió que quienes se desempeñan en esa cartera cuentan con un «salario y condiciones laborales privilegiadas».
«Se habla de cerrar embajadas, creemos sinceramente que esa es una visión miope y cortoplacista. Ya hemos pasado por eso en años atrás y luego, algunas de ellas tuvieron que ser reabiertas con el consiguiente mayor costo que el supuesto ahorro producido por sus cierres», afirmó Mallea durante el festejo del Día del Diplomático.
Además, se preguntó: «¿Y si medimos a las mismas sólo bajo el prisma de nuestras exportaciones deberíamos cerrar nuestras embajadas en la Santa Sede, en Naciones Unidas, en otros organismos internacionales o regionales?».
A su vez, el canciller Faurie sostuvo que quienes se desempeñan en Cancillería trabajaban en una «torre magnífica» con un «salario y condiciones laborales privilegiadas.»
«¿Estamos aprovechando realmente bien este momento en la escena internacional adonde Argentina vuelve luego de haber estado ausente durante buena parte del siglo XXI? ¿Estamos respondiendo adecuadamente a lo que los argentinos nos piden? Eduardo fue muy crítico de la idea de que la diplomacia tenga en este momento una lectura solamente económica y comercial», soltó el canciller.
Además, señaló: «No es así, pero también es así. No es así porque la diplomacia se ejerce en muchos campos». Y agregó: «Hoy necesitamos crear trabajo. Tenemos 27 por ciento de personas bajo el índice de pobreza».
A principios de septiembre, antes que el Poder Ejecutivo enviara el Presupuesto 2019 al Congreso, Faurie admitió que la posibilidad de cerrar embajadas argentinas por el mundo y confirmó que está bajo análisis «una reducción de gastos», en línea con el pedido de recorte de Mauricio Macri a todos los ministerios.
«Estamos trabajando en ver cómo reducir gastos, cómo reducir los costos fijos que tienen nuestras representaciones en el exterior, que por la diferencia cambiaria se transforma para nuestro presupuesto en un impacto alto», expresó el jefe de la diplomacia nacional.
Desde abril a agosto el dólar había de $ 20 hasta tocar los $ 42 y en lo va del año ya acumula un aumento de más del 120%. El argumento del canciller es que mantener esas oficinas a precio internacional resulta muy costoso para administración pública.
«Analizamos cómo racionalizar recursos y al mismo tiempo mantener el objetivo general de la política exterior que es la inserción argentina en el mundo, para lo cual necesitamos poder llegar con la oferta de nuestros productos», agregó en su momento el ministro. Todavía no se informó oficialmente qué sedes dejarán de prestar servicios.