Mientras los reflectores se posaban sobre los nombres que conquistaban o renovaban bancas, las urnas del pasado domingo 11 de mayo arrojaron otro resultado, menos comentado pero quizás más elocuente: la creciente desafección política de amplias regiones del interior salteño.
En particular, los departamentos Anta, Rivadavia, Orán y San Martín evidenciaron preocupantes niveles de abstención electoral, con municipios donde apenas uno de cada tres ciudadanos acudió a votar. Una postal inquietante que, si se mira en perspectiva histórica, muestra una tendencia sostenida de repliegue del electorado más postergado.
Más allá del reparto de bancas, se evidencia una fractura silenciosa en Salta. Mientras que algunos territorios parecen sostener y revitalizar sus tradiciones democráticas, otros muestran señales de abandono institucional y cansancio ciudadano. Las cifras de participación no son neutras: hablan de inclusión o exclusión, de diálogo o de ruptura. La desvinculación electoral persiste en medio de la celebración del oficialismo por haber retenido la mayoría de bancas en la Legislatura bicameral y de La Libertad Avanza por ganar en la ciudad de Salta y consolidarse como oposición en crecimiento.
Fuente: Página 12









