Emiliano Estrada cerró anoche su campaña con un acto en el que reunió a sus seguidores para realizar un balance del trabajo de cara a las elecciones del domingo.
El exsubsecretario de Relaciones con Provincias del Ministerio del Interior de la Nación y exministro de Economía de la Provincia, que se impuso en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), confía en que su compañera de fórmula, Pamela Calletti, lo acompañe en la Cámara Baja del Congreso de la Nación.
¿Con qué expectativas llegan a la elección del domingo?
Muy entusiasmados. Hicimos una campaña muy interesante recorriendo toda la provincia y hablando con quienes entendíamos que eran los protagonistas de esa Salta productiva que estamos planteando y que tiene que ver con una Salta basada en los emprendedores, en los jóvenes, en los productores y en todos esos salteños que producen en el interior de la provincia pero que nunca tienen voz ni voto a la hora de discutir la agenda sobre la cual se define Salta.
De estos sectores que menciona, ¿cuál es la importancia y el rol de cada uno en la Salta que usted proyecta?
La importancia tiene que ver con poderlos visibilizar para que en el marco de un país estén incluidos esos sectores. Si no, siempre se discute desde Buenos Aires hacia dónde va la Argentina. En los 90 nadie discutió si le hacía bien o no a Tartagal privatizar YPF. Se decidió desde Buenos Aires. Entonces, los problemas que generó la Nación los tiene que solucionar la Nación pero, además, los problemas que todavía no se conocen de Salta tienen que estar incluidos en un modelo de desarrollo económico.
Si a la Argentina la llevamos para el lado de los servicios, Salta se queda afuera porque no tiene la posibilidad de proveer servicios como sí tiene la Ciudad de Buenos Aires. Si solo te basás en el sector cerealero, también te queda afuera muchísima gente. Ahora, si empezás a pensar en los pequeños productores y te enfocás en los de los Valles Calchaquíes por ejemplo, necesitás que el Estado entienda que no puede importar pimentón de China. Necesitás que el Estado entienda que la legislación laboral actual no puede darle un marco de regulación a los productores de Anta que tienen una relación laboral con los medieros que no está representada en la ley.
Todo ese tipo de cosas son las que tenemos que encarar porque hemos tenido muchos salteños con visibilidad nacional, pero nunca uno discutiendo con ministros, presidente y demás, hacia dónde tiene que ir la Argentina para poner la mirada en el norte. Ese es uno de mis desafíos cuando llegue al Congreso de la Nación.
¿Cuáles son las herramientas con las que un diputado tiene que pelear por sus proyectos para que se concreten y no queden en ideas?
Hay dos formas. La primera es a través de proyectos de ley, como la del monotributo joven gratuito que nosotros planteamos para jóvenes de 18 a 25 años que no hayan estado inscriptos nunca en el SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino) y, por otro lado, el monotributo social agropecuario. Son proyectos de ley que se pueden trabajar desde el Congreso.
Pero, fundamentalmente, es importante la formación: el médico se preparó, estudió e hizo una residencia; el periodista estudia, se prepara y tiene años de experiencia; para administrar un Estado también hay que tener experiencia. Si uno no tiene experiencia y no se prepara, pasa la degradación de la política que estamos viviendo hoy donde es más fácil ganar una elección saliendo en la tele todos los días que formándose en la universidad o dentro del Estado. Cuando uno se forma, trabaja y conoce el Estado y también tiene participación política, con orgullo y sin esconderla, eso genera la posibilidad de saber con qué interlocutores hablar para acercar el tema independientemente del cargo que uno ocupa. Obviamente, ser diputado nacional te da visibilidad y te permite estar en la agenda de discusión en la Nación y desde ahí aprovechar el conocimiento para acercar temas.
El diputado nacional solo legislando sirve, pero si además aporta para que el Ejecutivo tenga nuevas ideas, también sirve mucho.
Su experiencia inmediata la conocemos. ¿Cuál es su formación?
Soy licenciado en Economía, estudié en la Universidad de Buenos Aires. También tengo una maestría en Gestión Económica y Financiera de Riesgos de la UBA. Tuve la oportunidad de formarme en la educación pública de calidad y excelencia, por eso también tengo la mirada puesta en que la Universidad Nacional de Salta tiene que tener mayor presupuesto y mayores oportunidades. Ahora la carrera de Medicina, que es algo que se empezó a trabajar en el 2015, nos permitió soñar con hoy tener una lógica distinta para los jóvenes y para el sistema de salud que de otra manera solo importa médicos de otros lados, por más que sean salteños pero están formados en otro lado, y creo que eso es parte de lo que hizo a la Argentina grande.
Yo tengo mucho vínculo empresarial, he trabajado mucho tiempo en el sector privado y siempre les digo a mis conocidos que algo tiene la Argentina, porque es un país que, aunque muchos dicen que no sirve, que tiene muchos problemas, es un país que tiene cinco unicornios (empresas basadas en el desarrollo de tecnología que logran una cotización superior a los mil millones de dólares) y si un país tiene cinco unicornios y es el único de Latinoamérica que los tiene, por algo debe ser. Ese algo en parte es la educación pública de calidad que tiene la Argentina que permite que alguien con una buena idea rápidamente encuentre programadores e ingenieros en sistema que están bien preparados y por algo no está en Brasil, Chile, Paraguay; entonces, este es un país hermoso con un potencial gigante pero necesitamos que la mitad de los argentinos lo entiendan.
Nos hablaba de las necesidades de Salta que a veces se resolvían en Buenos Aires, también el interior de Salta tiene necesidades bien distintas a las de la Capital. ¿Cuáles son las que más le llamaron la atención?
Así es. Hay diferencias sustanciales. Las demandas son muy distintas. Pero además, y fundamentalmente, hay una realidad y es que en la agenda de Salta capital no existe nunca el interior, a menos que haya un corte de ruta, un crimen o un choque. Y eso también es parte de lo que ha sido nuestra campaña que consistió en visibilizar el interior.
¿Qué los diferencia de los otros candidatos que disputan bancas en el Congreso?
Principalmente la juventud y la experiencia. Ninguno de los otros candidatos tiene experiencia en el Ejecutivo. No saben lo que es gobernar, lo que es enfrentar problemas que muchas veces tienen sábana corta.
Por otro lado, nosotros hemos hecho una campaña con propuestas. Yo le repreguntaría qué propuso Zapata, y fue “frenar al Gobierno nacional”. ¿Y qué es frenar al Gobierno nacional? ¿Frenar la obra que está haciendo la intendenta en el río Arenales? ¿Frenar los pavimentos con fondos nacionales también? ¿Frenar la autopista Rosario – Metán? ¿La ruta 40, la 51, el (ramal) C14, el C15? Son todas obras que están puestas en marcha con fondos del Gobierno nacional, entonces nunca se entiende qué es frenarlo y, entonces, en el marco de esto nos diferencia tener una campaña con propuestas.
¿Qué le diría al elector al que todavía no le llegó su mensaje?
Que se tome el trabajo de escucharnos, de ver nuestras propuestas, nuestra campaña. Y fundamentalmente que, si son parte de aquellos salteños que quieren que no sean siempre las mismas caras de los que están hace 30 años, analicen hace cuánto vienen los otros candidatos, donde uno tiene tres mandatos como diputado provincial; otro viene de la década del 90; otros que se presentan en todas las elecciones… Nosotros por primera vez hemos hecho una fórmula con gente nueva, poco conocida, pero preparada y con propuestas.
Este domingo tenemos la oportunidad de poder cambiar la realidad de la política.
¿Qué es lo primero que haría si llega al Congreso?
Lo primero sería trabajar en el proyecto del Consejo Regional del Norte Grande porque también desde mi paso por el Ejecutivo nacional he aprendido que cuando las provincias del NOA y del NEA se juntan y tienen una agenda común los resultados son mucho más accesibles.