El Hospital San Bernardo y el Materno Infantil, dos instituciones de referencia en todo el norte argentino, anunciaron recortes y severas medidas de ajuste ante la crisis económica que atraviesa la Argentina.
El Hospital Público Materno Infantil informó el 10 de enero que a partir del 11 del mismo mes y “por quiebre de stock” suspendía las cirugías programadas de las áreas pediátricas y perinatológica.
En tanto, el Hospital San Bernardo suspendió las cirugías programadas no prioritarias del pasado miércoles por “falta de insumos”; además, anunciaron la reducción de turnos en consultorios, la merma en la cantidad de análisis y la cobertura por sólo 48 horas a quienes reciban el alta médica, entre otras medidas, ocasionando un verdadero cimbronazo en los pacientes que asisten al hospital y en la comunidad en general. A través de un comunicado se informó que la decisión de debe “al contexto económico actual”.
En el Hospital Del Milagro la situación no cambia mucho: a los reclamos contra la precarización laboral, los trabajadores ahora suman el señalamiento del faltante de insumos básicos.
Días atrás, médicos autoconvocados hicieron llegar a los medios salteños su preocupación frente a la “situación caótica que está atravesando la salud de la población debido a la falta de medicamentos esenciales para la atención, tanto de los tratamientos prescriptos por los profesionales, como los elementos para el personal de enfermería”.
Desde ambos nosocomios reconocieron que esperan que el ministro de Salud Pública, Federico Mangione, informe oficialmente sobre la situación a la comunidad.
La variación de precios que produce la crisis económica genera inconvenientes para que los hospitales puedan adquirir los insumos necesarios para mantener los servicios. En el sector sostienen que debido a la inflación sufren remarcaciones de precios diarias, lo que repercute en los presupuestos estatales e impiden el normal abastecimiento.
El hecho desencadenó una serie de críticas de algunos dirigentes políticos locales. Tal son los casos del diputado nacional Emiliano Estrada y el senador nacional, Sergio «Oso» Leavy, quienes usaron sus redes sociales para manifestar su preocupación sobre el tema.
«Cada vez son más los hospitales que anuncian la suspensión de cirugías, reducción de turnos en consultorios, entre otras medidas, como consecuencia de la situación que está viviendo el sector de Salud Pública, y ello es inadmisible», indicó en un escrito el senador.
Un problema de larga data
Es por todos sabido la filosofía sobre el Estado que tiene la nueva administración nacional. Sin embargo, más allá de la reducción de partidas que llegan a la provincia desde Nación, es necesario señalar que la crisis que atraviesan los nosocomios salteños no empezó el 10 de diciembre con la llegada de Javier Milei a la presidencia. Los hospitales sufren una desinversión tremenda desde hace muchos años.
Solamente en el primer mandato de Gustavo Sáenz pasaron tres ministros de Salud, (Josefina Medrano, Juan José Esteban y ahora Federico Mangione) dejando en claro que esta área representa uno de los principales problemas que tienen los salteños y que las autoridades provinciales no han sido capaces de resolver.
En este mandato, la Salud Pública sufrió la renuncia masiva de médicos, como sucedió en el hospital de General Güemes en 2021 por los salarios de miseria que percibían los trabajadores, la falta de especialistas en el interior, el deplorable estado edilicio de muchos de los hospitales. Estas situaciones son apenas una muestra de la delicada situación que la Salud atraviesa desde hace años y todavía no hay soluciones concretas para garantizar el derecho a acceder a la salud pública que tiene la población.
Medrano se tuvo que ir tras fracasar en su gestión de la pandemia. Esteban piloteó mejor esa situación, pero se encargó de perseguir a cuanto médico/gerente de hospital diera a conocer la falta de insumos, de especialistas o cualquier problema edilicio en los hospitales. A muchos de ellos judicializó, presuntamente, con denuncias falsas.
Mangione, por su parte, no pudo resolver ninguno de los problemas que arrastra la Salud desde hace años. La crisis económica que estamos atravesando profundiza esos problemas y desenmascara una situación que el ministro intenta maquillar con cualquier elemento nimio que tenga a mano.
El acceso a la salud es un derecho humano fundamental que debe ser garantizado por el Estado. Sin embargo, desde hace rato que en la provincia de Salta eso no se cumple.








