El cansancio diario no es cosa de risa. La psiquiatra Marian Rojas expone cómo las personas, a medida que su energía se agota, se ven arrastradas hacia comportamientos poco saludables. Según ella, “a partir de ahí, entra nuestra peor versión”, refiriéndose a ese estado en el que la capacidad para tomar decisiones racionales se debilita conforme avanza el día.
Rojas utiliza una analogía sencilla en sus consultas para ilustrar este fenómeno. Compara la energía de una persona con una batería: “Cualquiera se levanta por la mañana dependiendo de las horas que ha dormido, con un 80, 90 o 100 % de batería. A lo largo del día, la batería va bajando: trabajo, tráfico, llamadas imprevistas… Y va disminuyendo”. Este desgaste energético es algo que afecta a todos, aunque no siempre se es consciente de cómo influye en las decisiones que se toman.
Las personas con alta sensibilidad sufren un impacto mayor en su energía diaria. Rojas explica que para ellas la ”pila“ se consume a un ritmo mucho más rápido. “Si se es una persona de alta sensibilidad (PAS), la batería baja mucho más rápido”, afirma. Además, la multitarea, algo que se suele considerar una habilidad útil, es una gran responsable del agotamiento mental. ”La multitarea no existe; lo que hay es una alternancia rápida de la atención, pero eso desgasta una cantidad enorme de energía”, asegura.
Esto es lo que ocurre cuando ya estás agotado
Una vez la energía desciende por debajo del 20 %, el cerebro comienza a buscar atajos que faciliten la vida, muchas veces recurriendo a opciones poco saludables. Es en este momento cuando las decisiones se orientan hacia lo más fácil y placentero, como la comida ultraprocesada o el consumo de entretenimiento superficial. “Cuando la batería está en menos del 20 %, ya no se elige brócoli, se prefiere la comida procesada o una serie completamente plana”, destaca Rojas.
Este comportamiento de buscar lo más sencillo puede verse reflejado en hábitos como el “scroll infinito”, que muchas personas practican en redes sociales. Rojas lo describe como una forma de “anestesia emocional”, donde se busca placer inmediato y fácil, simplemente deslizando y consumiendo contenido de manera pasiva. «Simplemente veo y veo y veo hasta que de repente te das cuenta que llevas ahí rato”, explica la psiquiatra.
La clave, según la psicóloga, está en ser conscientes de nuestra energía y cómo la gestionamos. ¿La solución? Aprender a identificar los factores que más nos drenan y encontrar maneras de recargar esa batería antes de que se agote por completo.
