El laurel, conocido por su uso culinario, también posee un potente perfil medicinal. Utilizado desde la Antigüedad en Grecia y Roma como símbolo de sabiduría y victoria, hoy sus hojas se convierten en una infusión que gana popularidad por sus efectos terapéuticos.
El té de laurel se prepara con hojas secas de Laurus nobilis, un arbusto perenne originario de la región mediterránea. Sus hojas brillantes y lanceoladas contienen aceites esenciales como cineol, eugenol y linalol, además de antioxidantes como flavonoides y polifenoles.
Entre sus componentes también se destacan vitaminas A y C, minerales como calcio, hierro, magnesio y potasio, y taninos que refuerzan su acción digestiva y antiinflamatoria. Esta combinación lo convierte en una bebida funcional para diversos malestares.
Según el doctor Alberto Sanagustín, el té de laurel ayuda a mejorar la digestión, reducir gases e hinchazón, aliviar dolores articulares, expulsar mucosidad en cuadros respiratorios y relajar el sistema nervioso. También puede contribuir a regular la glucosa y el colesterol.
Su efecto expectorante lo hace útil en casos de gripe o resfriado, mientras que sus propiedades analgésicas pueden disminuir la intensidad y frecuencia de los dolores de cabeza. Además, fortalece el sistema inmunológico y previene infecciones.
No obstante, el consumo de esta infusión no está exento de riesgos. Soria Natural advierte que no debe ser ingerido por mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni por niños menores de seis años. También se desaconseja en personas alérgicas a la planta.
La preparación del té es sencilla: se hierve agua, se vierte sobre dos o tres hojas secas de laurel en una taza, se deja reposar y se cuela. Para mejorar el sabor, se puede añadir miel y unas gotas de limón.
Las hojas secas se consiguen fácilmente en herbolarios o tiendas de alimentación, aunque también es posible cultivar la planta en casa. Su aroma característico y su versatilidad la convierten en una opción atractiva para quienes buscan remedios naturales.
El té de laurel no reemplaza tratamientos médicos, pero puede ser un complemento útil en rutinas de bienestar. Se recomienda consultar con profesionales antes de incorporarlo de forma regular, especialmente en personas con condiciones crónicas.
Su uso como infusión medicinal refleja una tendencia creciente hacia lo natural, donde plantas tradicionales recuperan protagonismo en la salud cotidiana. El laurel, con su historia milenaria, se suma a esta ola con respaldo científico y cultural.
En tiempos de estrés, digestiones pesadas o cambios estacionales, el té de laurel aparece como una alternativa accesible, reconfortante y cargada de beneficios. Eso sí, siempre con responsabilidad y conocimiento.
Redacción Diario Inclusión 📝