Existen muchos mitos e historias que rodean a la bebida Amargo Obrero, pero ¿cuál es la verdad detrás de todos los dimes y diretes?
Su nacimiento está fechado en 1887 en Rosario, en las instalaciones de la destilería de Pedro Calatroni. Según se dice, su trasfondo relata una perspicaz rebelión obrera: en esa época las clases acomodadas se caracterizaban por un particular apego a las bebidas dulces y ligeras y, en su necesidad de diferenciarse del burgués, las enturbiadas masas de trabajadores crearon una bebida amarga, oscura y con un distintivo sello de italianidad en su origen.
En su composición, la bebida posee una mixtura de hierbas aromáticas serranas y litoraleñas como la carqueja, la manzanilla y algo de muña muña. Tiene una graduación alcohólica del 19%, lo que lo hace menos alcohólico que otras aperitivos populares como el Fernet y esta descripción da pié a aclarar que se trata de un amargo solamente y no de un vermut.
Inicios del creador
Según cuenta el periodista Javier Ledesma, Don Pedro Calatroni nació en 1835 en Canneto Pavese que es una pequeña localidad en la provincia italiana de Pavia en la lombardía, zona de colinas destacada por la producción vitivinícola. Pedro se casó en Italia y alrededor de 1860 emigró junto a su familia a la Argentina, donde se instaló primeramente en Buenos Aires. Allí armó una licorería y después mudó todo ese negocio a Rosario y fue en su fábrica donde creó múltiples bebidas como por ejemplo el licor Amor Cordobés, el vodka Troika y el bálsamo de banana.
Pero Calatroni quería ir mas allá, por lo que en 1887 le dió vida al Amargo Obrero. Unos años más tarde Don Pedro murió, por lo que la empresa pasó a manos de sus hijos Orestes y Pedro Luis Calatroni y fue en ese momento que la historia de las familias Tacconi y Calatroni se cruzaron, pues en 1920, recién recibido de contador, Hércules Tacconi más conocido entra a trabajar en la licorería de los Calatroni. Si bien muchas notas dicen que Hércules Tacconi fue cocreador del amargo obrero con Pedro Calatroni, ésto resulta ser una mentira por la simple razón de que Hércules todavía no había nacido.
En un momento de la historia, Hércules y Pedro se asociaron y sus apellidos se pudieron ver plasmados en la etiqueta del amargo. Entre 1938 y 1942 murieron tanto Orestes como Pedro Luis, entonces la empresa pasó a manos de Ricardo Calatroni, químico industrial e hijo de Pedro Luis. Esta dinámica continuó hasta la muerte de Ricardo Calatroni en 1953 y 2 años después, en el 55 los Tacconi compran la parte de los Calatroni y pasan a controlar la empresa el 100% y en esa época es que se da la gran exposición marketinera del obrero.
Trasfondo de la etiqueta
Se dice que la etiqueta hace alusión al sindicalismo anarquista, caracterizado por los colores rojo y negro. Luego en el tiempo fue adoptado por el peronismo, constituyéndose en un símbolo de ese partido político, que lo identificó como el aperitivo elaborado por y para la clase trabajadora argentina.
El crecimiento de la industria del amargo permitió un desplazamiento hacia otras ramas de bebidas, pues la empresa podía solventar los costos de nuevas creaciones.
Sin embargo en los 80, se vieron obligados a vender la compañía y el acreedor fue la empresa Bols conocida por la ginebra. Esto duró poco, pues en el 89, grupo Cepas compró la marca Amargo Obrero.
Tras idas y vueltas en la historia, en 2017 un decreto unánime del Concejo rosarino lo declaró Patrimonio Cultural de la ciudad.