La irrupción de la inteligencia artificial (IA) está transformando el mercado laboral a un ritmo sin precedentes. Así lo advirtió Doug McMillon, CEO de Walmart, la empresa privada con más empleados en Estados Unidos, quien afirmó que “la inteligencia artificial cambiará literalmente todos los trabajos del mundo”.
Según McMillon, el fenómeno no pertenece al futuro: “Está ocurriendo ahora mismo, delante de nuestras narices y a una velocidad que rompe todos los esquemas”. El ejecutivo subrayó que la adopción masiva de herramientas como ChatGPT ha sido tan rápida que “la sociedad y las empresas no tuvieron tiempo de prepararse”, lo que genera una transición caótica dentro de las organizaciones.
Un informe de Microsoft citado en el análisis revela que el 75% de los trabajadores ya utiliza IA en su rutina laboral, y casi la mitad de ellos comenzó a hacerlo en los últimos seis meses. Este uso no siempre está regulado por las compañías, lo que abre “un agujero de seguridad enorme”, con datos sensibles procesados en plataformas externas sin supervisión.
Por su parte, la consultora McKinsey estima que la IA generativa actual podría automatizar entre el 60% y el 70% de las tareas que hoy realizan los empleados, mientras que un estudio conjunto de OpenAI y la Universidad de Pensilvania calcula que el 80% de la fuerza laboral estadounidense verá afectado al menos el 10% de su trabajo, y que uno de cada cinco trabajadores podría perder más de la mitad de sus tareas actuales.
Aun así, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sostiene que no existen señales inmediatas de una destrucción masiva del empleo. Más bien, se está produciendo una reorganización del mercado laboral, donde ciertos oficios cobran nuevo protagonismo.
La expansión de la automatización industrial, por ejemplo, está creando una gran demanda de técnicos especializados en instalación y mantenimiento de robots. En 2024 se incorporaron más de 540.000 nuevas unidades en todo el mundo, elevando el parque global a casi cinco millones de máquinas, según datos de la Federación Internacional de Robótica.
En paralelo, el crecimiento de los centros de datos —la “infraestructura física” que sostiene la IA— impulsa la necesidad de electricistas, mecánicos e instaladores de sistemas de refrigeración, profesiones esenciales para mantener operativas las redes que alimentan los modelos de inteligencia artificial.
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos proyecta que el empleo para electricistas crecerá un 9% hasta 2034, mientras que el de técnicos en climatización lo hará un 8% y el de mecánicos industriales un 13%, superando ampliamente la media de la economía.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, se espera que el 23% de los empleos cambie para 2027, con la creación de 69 millones de nuevos puestos y la eliminación de 83 millones, lo que arrojaría una pérdida neta de 14 millones de empleos a nivel global. No obstante, los especialistas en inteligencia artificial y machine learning figuran entre los perfiles con mayor crecimiento proyectado.
El informe destaca que el desafío no radica en la falta de trabajo, sino en el desajuste entre las habilidades demandadas y las que se vuelven obsoletas. Entre los nuevos roles emergentes surgen los “expertos en inteligencia artificial responsable”, encargados de garantizar el uso ético y justo de los algoritmos en ámbitos tan sensibles como el crédito, el empleo o la salud.
McMillon resume el fenómeno como una transformación total: “No es que los empleos desaparezcan, sino que cambian de piso”. La inteligencia artificial no está demoliendo el edificio laboral —agrega el estudio—, sino reordenando a los trabajadores: algunos bajan a los oficios técnicos, otros suben a los estratégicos, y los niveles intermedios tienden a vaciarse.
El futuro, concluye el análisis, estará marcado por la convergencia entre humanos y máquinas. Protocolos como el Model Context Protocol (MCP), desarrollado por la empresa Anthropic, buscan crear un “lenguaje universal” que permita a las inteligencias artificiales interactuar de forma segura con aplicaciones y sistemas reales.
Con esto, la IA deja de ser un asistente pasivo y se convierte en un agente capaz de ejecutar tareas complejas. El dilema que queda planteado, según el documento, es tan directo como inquietante:
¿Cuánto tiempo le queda a tu puesto de trabajo?
Redacción: Diario Inclusión.










