Durante siete siglos, la dinastía Grimaldi fue símbolo de sangrientos dramas, matrimonios desgraciados y reclamos de paternidad que acapararon los titulares. El destino de la familia reinante de Mónaco ha sido tan trágico que muchos todavía creen en la “Maldición de los Grimaldi”.
El caso de Carolina, la hija mayor del principe Rainiero y Grace Kelly estuvo marcada por la tristeza de padecer la ausencia de sus padres que continuamente debían cumplir con sus obligaciones reales.
Mientras estudiaba en la Sorbona de París, conoció y se casó con el playboy francés 17 años mayor que ella Philippe Junot, para consternación de sus padres y de la realeza europea. Como era de esperar, no fueron felices y, después de dos años dramáticos, se divorciaron.
En 1983, un año después de la repentina muerte de su madre, Carolina se enamoró de Stefano Casiraghi, el hijo de un empresario italiano, y se casó con él estando embarazada. Tuvieron tres hijos (Andrea, Charlotte y Pierre), pero la tragedia llegó cuando Stefano murió a los 30 años en una carrera de lanchas, cuando una ola golpeó su embarcación frente a la costa de Mónaco en 1990.
La impactante imagen de Carolina vestida de negro a los 29 años ante el féretro de su marido dio la vuelta al mundo. Tardaría un poco más en volver a enamorarse, esta vez con un príncipe alemán descendiente de la realeza británica: el riquisimo Ernesto Augusto de Hanover, con quien tuvo una hija.
Después de sufrir serios problemas en el pancreas, que lo dejaron en coma en 2005, Ernesto Augusto no volvió a ser el mismo y dejó a Carolina a la par que protagonizaba escándalos provocados por su carácter irascible y su adicción a la bebida. Separada pero no divorciada, Carolina ahora es una abuela de 66 años.
Por su parte, Alberto II, el único hijo varón de Rainiero III y Grace, ascendió al trono en 2005, meses antes de verse obligado a reconocer la existencia de dos hijos nacidos extramatrimoniales. El primero fue Alexandre, cuya madre era Nicole Coste, una ex azafata de Air France de Togo. La segunda es Jazmin Grace, resultado de un romance con Tamara Rotolo, una agente inmobiliaria estadounidense.
Ante el clamor de los residentes de Mónaco por un heredero de la dinastía que asegurara la supervivencia del principado, Alberto II se casó a los 53 años con la nadadora olímpica sudafricana Charlene Wittstock. La boda de tres días, repleta de invitados VIP y con un costo de casi 70 millones de dólares, se celebró en medio de preocupantes rumores.