El origen de Sacoa puede condensarse en una escena. Sucedió en la década del ‘50. Mauricio Mochkovsky -un empleado de la construcción y aficionado a las instalaciones eléctricas- tomaba un café en un bar de Mar del Plata, cuando le llamó la atención la cantidad de personas que hacían fila frente a una fonola que había en el lugar. Entonces tuvo una visión: dedicarse a la industria del entretenimiento.
Empezó con tres fonolas, luego pasó a máquinas de bingo y “pinball” hasta que, en 1969, logró armar su propio local con bowling, pool y ping pong en el subsuelo de un imponente edificio, sobre la peatonal San Martín. Allí, cuenta la historia, funcionaba una galería comercial que aglomeraba a las mejores marcas de La Feliz. Su nombre era Sacoa: Sociedad Anónima de Construcción y Obras Afines, según sus siglas.
Hasta ese momento, el local de los Mochkovsky no tenía nombre. Fueron los propios clientes quienes lo bautizaron como “Bowling Sacoa”, en referencia a su ubicación, a metros de la galería. Al final, lo registraron como marca y se transformó en la cita obligada de los turistas que visitaban la Costa Atlántica, ya fuera en vacaciones de verano o invierno.
Para fines de los ‘80, Sacoa ya se había expandido por todo el país.
La compañía fue punta de lanza en algunos productos. En sus repetidas visitas a ferias en los Estados Unidos, Jorge Mochkovsky entabló relación con Nolan Bushnell, cofundador de Atari, y trajo el primer Pong que operó en el país. Asimismo, negoció con Namco para poder armar las máquinas localmente ante la imposibilidad de importarlas.
A fines de los 80 llegaron a tener casi 50 locales el país. El crecimiento de las consolas de videojuegos los empujó a desarrollarse en centros comerciales. A su vez, Sacoa se transformó en una desarrolladora de tecnología que cambió la ecuación de la industria.
En 1993 la firma presentó el sistema playcard. Se trataba de una tarjeta magnetizada en la que se cargaba crédito que buscaba reemplazar las históricas fichas. El objetivo era tener un control más eficiente sobre los ingresos, supervisar la operación de manera más transparente y poder modificar los precios con mayor flexibilidad.
El desarrollo consistía en un software y hardware que pronto llamó la atención de otros jugadores del negocio. Al año siguiente se lo vendieron a un cliente en Brasil y en 2017 aseguraban que el sistema tenía presencia en 37 mercados. Jorge junto a sus hijos, Sebastián y Pol, se enfocaron en esta pata del mix.
Por su parte, la empresa redujo su presencia nacional. En abril de 2019 la AFIP intervino su local insignia en Mar del Plata por una deuda fiscal de alrededor de $ 47 millones, según informes de aquella época. Sacoa se ha expandido por el mundo, pero su software y hardware son el motor de servicios de los parques distribuidos en diferentes paises.
Lo cierto es que la nostalgia es la principal razón de que a pesar del paso de los años, Sacoa siga siendo la sala de juegos número 1,