El economista Facundo Camacho analizó la situación política y económica actual del país y de la provincia de Salta, advirtiendo que la continuidad del modelo de ajuste planteado por el Gobierno nacional abre un escenario de fuerte tensión social y de incertidumbre hacia las próximas elecciones.
Camacho remarcó que la administración de Javier Milei “ya dejó en claro que no cambiará el rumbo económico” y que continuará con la política de recortes en áreas sensibles como educación, salud, seguridad y obra pública. “El propio presidente lo dijo: el ajuste va a seguir. El Gobierno tiene metas con el FMI que implican llegar a un superávit fiscal de casi 14 billones de pesos para diciembre, y todavía restan recortes por unos tres billones. Eso impactará directamente en universidades, jubilaciones, pensiones y en los sectores más vulnerables”, explicó.
El economista también se refirió a la tensión entre el Ejecutivo y el mercado: “Hoy el gobierno está en medio de una pulseada: de un lado el pueblo, del otro el mercado. Si no logra sostener apoyo social en octubre, su modelo económico quedará jaqueado”.
Sobre la coyuntura política, Camacho señaló que el peronismo debe asumir la responsabilidad de ofrecer una alternativa clara: “La sociedad está buscando un modelo que garantice justicia social, desarrollo industrial y un Estado presente. Ni el progresismo de Alberto Fernández ni el liberalismo de Milei dieron respuestas. El peronismo tiene que volver a ser un proyecto de bienestar”.
En cuanto a la realidad provincial, destacó la importancia de discutir un modelo económico de desarrollo propio, con foco en la producción y la energía. Puso como ejemplo la gestión municipal en Tartagal, donde se realizaron ferias productivas que generaron más de 500 millones de pesos en movimiento económico. “Lo que el Gobierno nacional recorta en obra pública y producción, en Tartagal se apuesta a generar empleo y dinamizar la economía local”, subrayó.
Ajuste real y deterioro universitario
Camacho remarcó que el recorte del 8,1 % en el presupuesto universitario “no es solo un número en una planilla, sino la vida de miles de estudiantes que ven peligrar su futuro”. Y agregó:
“Cuando una universidad no tiene fondos para sostener becas, pagar docentes o mantener infraestructura, lo que está en juego es el derecho a la educación pública y gratuita, un pilar de la Argentina moderna”.
También señaló que el conflicto universitario es solo la punta del iceberg: “El mismo esquema de ajuste se replica en salud, en seguridad y en políticas sociales. El Estado se va retirando de su función básica de cuidar a la gente”.
Economía política nacional: ajuste, mercado e impacto social
El economista insistió en que el presidente Javier Milei ya anticipó que “no habrá marcha atrás” en el rumbo económico. Sin embargo, Camacho sostuvo:
“El Gobierno presenta el ajuste como un sacrificio heroico para ganarse la confianza del mercado, pero detrás de esa épica están las familias que no llegan a fin de mes, los jubilados que no pueden comprar sus medicamentos y los trabajadores que ven cómo se licúan sus salarios”.
También cuestionó la dependencia del FMI: “Cuando las decisiones de un país se toman en función de las metas que fija un organismo internacional y no de las necesidades de su pueblo, la democracia pierde soberanía”.
Salta en la mira: política y elecciones
En cuanto a la provincia, Camacho advirtió que octubre será un punto de inflexión:
“Salta es un termómetro político. Aquí conviven una sociedad golpeada por la pobreza, la falta de empleo y el desfinanciamiento educativo, con una dirigencia que aún busca ordenar alianzas. Lo que pase en octubre en Salta va a marcar el rumbo de los próximos años en la relación con la Nación”.
Sobre el gobernador Gustavo Sáenz, sostuvo:
“Sáenz tiene un equilibrio frágil: debe mostrarse aliado del Gobierno nacional para garantizar fondos, pero al mismo tiempo debe defender los intereses provinciales. Esa tensión será clave en la campaña”.
Camacho también señaló que la fragmentación opositora abre interrogantes: “La sociedad busca dirigentes con coherencia y propuestas claras. Hoy muchos candidatos parecen más preocupados en negociar cargos que en ofrecer un proyecto de futuro”.
Desarrollo local como alternativa
Finalmente, puso en valor los esfuerzos locales para sostener la economía en medio de la crisis. Mencionó el caso de Tartagal, donde ferias productivas generaron más de 500 millones de pesos en circulación:
“Eso demuestra que cuando se apuesta al desarrollo regional, se mueve la economía, se genera empleo y la gente recupera dignidad. No hay que esperar siempre soluciones de Buenos Aires; los territorios también pueden construir alternativas”.
Escenario en tensión
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Nacionalmente, Camacho advierte que el ajuste continuará con un Estado debilitado y confrontación creciente con los sectores populares, lo que podría derivar en una crisis política si no se recupera apoyo social.
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En Salta, el escenario electoral se presenta fragmentado pero dinámico: el oficialismo busca consolidar su predominio, mientras la oposición intenta reagruparse. La elección de octubre será clave para definir un nuevo mapa de poder entre Nación y Provincia.
Al finalizar su análisis, el economista dejó una definición contundente:
“Los argentinos tenemos que dejar de votar mirando la televisión y empezar a votar mirando la heladera. Ahí está la verdadera medida de la política y de lo que necesitamos como país”.
Con esta frase, Camacho sintetizó su mirada: la política no puede seguir girando en torno a los discursos mediáticos o a la agenda del mercado, sino a las necesidades concretas de la gente, en un año electoral decisivo tanto para la Nación como para la provincia de Salta.
Redacción: Diario Inclusión.













