A lo largo de la historia, los gremios han significado conformaciones creadas para garantizar el ejercicio honesto de una profesión, como una forma de organización interna entre sus practicantes. No obstante, el incremento del comercio durante la Baja Edad Media les hizo adquirir un papel muy importante en la economía y despertó ambiciones mayores. Alcanzaron su apogeo durante el Renacimiento, especialmente en Italia, debido al modelo comunal de ciudades independientes donde las decisiones se tomaban a través de representantes elegidos.
Si bien empezaron a formarse durante la Plena Edad Media, a partir del siglo XI, es recién en el siglo XIII cuando los gremios crecen notablemente.
En Argentina, el movimiento obrero organizado surge hacia finales de la segunda mitad del siglo XIX. Con la llegada de los inmigrantes -sobretodo de españoles e italianos-, producto de la política inmigratoria de Mitre, nacieron ideas de grupos socialistas y anarquistas europeos. En 1878 se creó el primer sindicato: «Unión Tipográfica» y convocaría a la primera huelga el año siguiente. Durante la década de 1880,
se crearon 21 sindicatos. Sin embargo con los años, este modelo se fue adaptado a las nuevas políticas y a los modelos presidenciales, que ameritaban diferentes luchas.
¿Cuándo puede actuar el gremio?
Cabe destacar que la Ley 23.551 (Ley de Asociaciones Sindicales) es la que regula a nivel nacional la actividad sindical y funciona como base de derechos y obligaciones para las partes, independientemente de lo que podría pactarse entre los sindicatos y empleadores, siempre que ello no resulte en un desmedro de los derechos de los trabajadores. Un delegado representará al gremio y tal cual lo prescribe el art. 41 de la ley citada, debe ser mayor de 18 años, debe tener al menos un año de afiliación en el sindicato y un período similar en la empresa.
Su nombre surgirá del voto de los empleados. Para ello, el Sindicato previamente informará a la empresa la lista de los candidatos elegibles por el personal.
Una vez producida la elección, el Sindicato notificará oficialmente la designación del delegado.
Las funciones son las de velar por el cumplimiento de los derechos de sus representados, mantener reuniones permanentes y plantear reclamos (art. 43). No se trata de una enumeración taxativa ya que pueden existir otras actividades y funciones que hagan al mejor desenvolvimiento y alcance de los fines buscados por la ley con la creación de esta figura.
El empleador (según el art. 44) debe otorgarle al delegado un “crédito de horas mensuales retribuidas” para que pueda desarrollar sus tareas como delegado. Estas horas deben ser solicitadas y concedidas de buena fe y razonablemente, pudiendo el empleador, llegado el caso, descontar las horas que en exceso hayan sido atribuidas al delegado.
Aquí, como siempre, debe imperar la buena fe y el sentido común. Sabidos son los casos “dejaron de ser empleados cuando fueron designados delegados”. En general esto ha sido muchas veces amparado desde algunos sectores sindicales que se valen del delegado como instrumento político más que como instrumento sindical. Aunque la diferencia a veces es un poco gris.
Gremios en el Departamento San Martín
En el departamento San Martín, por ende en la ciudad de Tartagal existen dos gremios que engloban a los trabajadores estatales, por un lado ATE (Asociación Trabajadores del Estado) bajo el «eterno» mandato de Fermín Hoyos y por otro lado SOEM (Sindicato De Obreros y Empleados Municipales) encabezado por Aníbal Esquivel.
30 años en el poder
El sindicalista Fermín Hoyos, en el año 2023, ganó las elecciones gremiales de ATE con un porcentaje de 70 por ciento de votos a favor consiguiendo una reelección en el cargo de secretario general que ejerce desde hace casi 30 años. Sin embargo, se rumoreaba que los comicios habían estado precedidos por la polémica y la denuncia de irregularidades. ¿Habría habido fraude electoral? En tales elecciones, además, había cinco listas para el departamento San Martín.
A lo largo de su función como secretario de ATE, Hoyos se ha visto envuelto en múltiples conflictos pues los reclamos de los afiliados se traducían en marchas, paro de actividad y enfrentamientos con los jefes comunales de las localidades del departamento San Martín. Sin embargo, tras la asunción del intendente Franco Hernández Berni, parecía haber llegado a la ciudad de Tartagal un ola de paz, pues el año 2024 empezó con buenas noticias para los empleados municipales de Tartagal, ya que, se acordó un incremento salarial según lo que venían solicitando. Es asi que la comunidad norteña cerró el ejercicio con un 160% de incremento para sus empleados.

Un detalle no menor es que desde el momento que los municipales de Tartagal empezaron a percibir aumentos por encima del resto de los empleados de la Provincia de Salta, fue el mismo secretario gremial de ATE, Fermín Hoyos, quien defendía fervorosamente la desvinculación de la ciudad cabecera del departamento San Martín de la mecánica económica de Provincia por lo que durante esos meses del 2024 celebraba: «Hoy nación esta dando un 2% o un 3% de aumento, provincia esta dando un 4% de aumento para noviembre un 6% para diciembre, nosotros estamos sacando (en Tartagal) un 8% para noviembre y 10% en diciembre. Gracias a la asamblea, alcanzamos un 119% de incremento salarial en el año en Tartagal».
Pero como la política de «buena fe y el sentido común» que debe imperar en un representante gremialista, según indica la ley, parecería no encajar con Fermín Hoyos, los primeros días del mes de enero encabezó un paro movilizado por la exigencia del «bono de carnaval», un monto de $100.000 que los empleados municipales de la Provincia de Salta percibieron por decisión del Gobierno. Entonces, la conveniencia en enero «ameritaba» el reclamo por tener los mismos beneficios que los demás, un acto que refleja que sus declaraciones se contradicen con su accionar.
Hoy en día el gremio no está de paro ya que consiguieron el bono de $100.000 pagadero en dos cuotas, con un 50% ya abonado y el otro 50% próximo a ser depositado en el transcurso de la semana. Cabe destacar que el bono es un beneficio que sólo perciben los trabajadores formales que son representado por el gremio que encabeza Hoyos, según se expresa en la ley, dejando de lado a los trabajadores eventuales que reciben un subsidio social como retribución de sus labores (un estátus no clarificado por el secretario general de ATE, pues este se jacta de «luchar» por los derechos de ellos, siendo este un movimiento no permitido bajo los reglamentos establecidos).
Es así que Fermín Hoyos, con tal de acaparar aliados a cualquier costo, nunca aclaró delante de los trabajadores eventuales (los cuales son beneficiarios de programas sociales como subsidios sociales) que ante la Direccion de Trabajo su representatividad sobre ellos no es legal, debido a que se trata de un movimiento que lleva tantos años como los de su gestión en el gremio ¿Cuál es el objeto de mentirle a estos beneficiarios?
No cabe dudas que la ambición de poder muchas veces va más allá de las convicciones, y es que a Hoyos lo único que parecería interesarle es hacer una politiqueria gremial de la cual sacan provechos la gran mayoría de los gremios y sus afiliados, basándose en mentiras y engaños sobre su representatividad, más aún con los beneficiarios de programas o subsidios sociales, quienes no pueden ser afiliados al gremio por la condición de su naturaleza de beneficiarios técnicamente y no trabajadores formales razón por la que tampoco pueden ser participes del paro de actividades.
El esfuerzo de un pueblo para la contención social
Tras asumir la intendencia, el intendente Franco Hernández Berni se propuso iniciar proyectos en pos a una ciudad pujante y productiva. Para ello vió la importancia de trabajar conjuntamente con aquellos tartagalenses dispuestos a brindar su esfuerzo.
Pero esta visión significa un verdadero esfuerzo por parte del municipio y la comunidad, principalmente de la comunidad, pues año tras año los vecinos hacen el esfuerzo de mantener al día el pago de sus impuestos para poder contribuir con los gastos públicos del municipio como ser el de contener socialmente a estos trabajadores eventuales que perciben un subsidio social ya que es la única forma de sostener a estas personas, por la situación económica Argentina que ha ocasionado más pérdidas de los puestos laborales en vez de generar más.
Es por eso que el contexto actual amerita hablar con claridad y sobre todo, sinceridad. Y a pesar del crítico momento que el país atraviesa con las medidas impulsadas por el libertario Javier Milei, la municipalidad de Tartagal bajo la gestión del intendente Franco Hernández Berni, trabajó arduamente desde el inicio de su mandato para sostener este programa social que beneficia a los trabajadores eventuales y entre las propuestas para llevar adelante esto, está la puesta en punto del Matadero Frigorifico Municipal,la Textil,el Basural y la empresa Tartagal Productiva, como asi también impulsando el servicio público y obra pública.
En este panorama, el nombre de Fermín Hoyos se ve desdibujado ya que su «casta gremial» nunca procuró en la gestión anterior cuidar de los puestos y la figura de los trabajadores eventuales ¿Cuál fue la razón de su silencio?
Es una realidad que todo gobierno necesita de recursos para sostener el gasto público, y hoy en Tartagal existe una importante inversión para aumentar la producción, lo que es un gasto público que se está asumiendo en un trabajo conjunto entre el municipio y el Gobierno Provincial, con el único objetivo de poder lograr, en un futuro, mayor fuente de trabajo.
Pero la situación se torna insostenible y hoy es una necesidad recortar el gasto público para que Tartagal siga creciendo y asi tambien mejorar la calidad de vida de todos los tartagalenses.
Sin embargo, Fermín Hoyos prefiere hacer caso omiso a las necesidades de todo un pueblo para poner sus intereses personales por encima de los sociales, causando disturbio social, incentivando el malestar del pueblo e ignorando que desde el municipio lo busca proteger es el bien común. Esto deja en evidencia los actos y conductas que, como gremialista, dejan mucho que desear.