El hombre llevaba un maletín con una importante suma de dinero a bordo de una moto.Los delincuentes le dispararon y luego recién lo despojaron del maletín.
Un violento asalto de los muchos que se vienen sucediendo en la ciudad de tartagal tuvo esta vez como víctima a un ciudadano extranjero, a quien los delincuentes despojaron de una abultada suma de dinero.
El asalto a mano armada, en el que además resultó gravemente herida la víctima, se produjo a plena luz del día de ayer.
Fuentes del norte provincial relataron ayer a El Tribuno que el ciudadano chino se transportaba a bordo de una motocicleta de alta cilindrada que era conducida por un empleado de nacionalidad argentina.
Los dos hombres salieron del local comercial y a menos de una cuadra y media fueron asaltados, por lo que se estima que dentro del círculo de empleados hubo un entregador.
Cuando transitaban por calle Warnes, en cercanías a la sede Tartagal de la UNSa, fueron interceptados por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta de mediana cilindrada, de las comunes, quienes a punta de pistola le amenazaron, le dispararon y luego le sustrajeron el malentín con dinero en efectivo.
Para que el chino soltara el maletín uno de los motochorros le disparó a quemarropa en una de las piernas con un arma 9 mm; la bala ingresó de arriba hacia abajo.
El hecho se produjo minutos antes del mediodía, cuando el ciudadano chino, propietario o socio de un supermercado ubicado sobre calle 24 de Septiembre, se dirigía junto a un empleado por calle Warnes hacia una entidad bancaria.
Se supo por denuncias radicadas posteriormente que en el maletín la víctima transportaba una suma que rondaría los 150.000 pesos con la intención de hacer un depósito.
La policía trabajó en el lugar del hecho hasta después del mediodía.
Según una fuente de seguridad, el comerciante oriental fue seguido por los motochorros por espacio de una cuadra y media, y lo interceptaron cuando el conductor de la motocicleta que lo transportaba detuvo la marcha en una esquina.
Allí los motochorros, que actuaron ambos protegidos por sendos cascos, se le pusieron a la par, lo encañonaron y abrieron fuego inmediatamente, impidiendo que el chofer de la víctima acelerara su poderosa máquina.
La víctima del asalto soltó el maletín y cayó a la calzada.
Allí fue asistida por personal de la asistencia de emergencia y luego trasladada en forma urgente al hospital Juan Domingo Perón, ubicado en la vereda misma de la calle por donde el ciudadano oriental transitaba.
Las heridas recibidas motivaron una intervención quirúrgica pequeña y el estado del ciudadano chino es estable y se encuentra en observación.
Con cascos
Un detalle, los dos malvivientes que tenían el rostro cubierto con cascos de motociclistas habrían quedado registrados en dos cámaras de seguridad que se están peritando en estos momentos, indicó una fuente.
Una fuente policial reveló ayer que el caso es uno más dentro de la jerga delictiva de los llamados «entregados», es decir cuando a la víctima del asalto le hicieron inteligencia previa y el ladrón o asaltantes van sobre un botín seguro, además de saber en dónde lleva la víctima el grueso del dinero o los valores que porta.
Es esa una de las razones por la que esfectivos de la Brigada de Investigaciones estuvieron reunidos con algunos empleados de los supermercados que maneja el ciudadano oriental, ya que todo indica que el «chino fue entregado».
Una fuente de seguridad del norte indicó anoche que la policía tendría ya una línea definidad de trabajo y esperaba el resultado de dos cámaras de seguridad para confirmar sospechas fundadas en antecedentes.
Para la fuente, muchos de los asaltos más graves ocurridos en la zona de frontera se debe a las famosas «entregadas», ya que la zona está plagada de delincuentes de «caño», muchos de ellos foráneos y otros cómplices locales.
Para que se entienda, la fuente de seguridad advirtió un dato sorprendente, para algunos y no tanto para otros, al decir: «Hay tantos delitos en la zona como integrantes de fuerzas de seguridad. También hay soplones y vendedores de datos para ambos lados. A veces investigando un caso la policía o Gendarmería se da con otro tipo de delito.
De la misma manera, los delincuentes más pesados tienen una aceitada maquinaria de «dateros en el norte», reflexionó la fuente.