Según Martín Galdeano, presidente de Ford Sudamérica, los vehículos actuales demandan conocimientos avanzados en sistemas eléctricos, baterías, sensores y plataformas digitales. “Ya no alcanza con saber desarmar un motor, hay que entender cómo interactúan los datos con el rendimiento del auto”, explicó.
Para responder a esta demanda, Ford lanzó su programa Ford Academy, con sedes en Brasil, Colombia y próximamente en Buenos Aires. Allí, los técnicos aprenden a operar centros de monitoreo, interpretar datos en tiempo real y aplicar protocolos de seguridad para manipular baterías de autos eléctricos e híbridos.
La formación incluye desde la estructuración de talleres hasta el uso de herramientas específicas para reparar componentes de alta tecnología. Además, se capacita en gestión de flotas conectadas, donde los vehículos transmiten información sobre ubicación, estado mecánico y necesidades de mantenimiento.
El enfoque no se limita a técnicos: también se busca incluir jóvenes programadores de bajos recursos, a través de la iniciativa Ford Enter. Este programa combina habilidades digitales con formación socioemocional, abriendo nuevas oportunidades en el mundo automotriz.
La evolución contrasta con el modelo tradicional, donde el aprendizaje se daba en talleres por observación y repetición. Antes, la intuición y la práctica eran suficientes. Hoy, la electrónica y la informática son tan importantes como el conocimiento mecánico.
La expansión de estos centros de formación apunta a consolidar una red regional de técnicos preparados para enfrentar los desafíos de la movilidad sustentable. Chile y Perú serán los próximos destinos, en una apuesta por profesionalizar el oficio en toda América Latina.
La transformación del sector automotriz exige una nueva generación de especialistas. La mecánica ya no es solo fuerza y destreza: es también análisis, precisión y adaptación tecnológica.
Redacción Diario Inclusión