Los televisores de tubo, otrora protagonistas del living familiar, están viviendo una segunda vida gracias a la creatividad y el reciclaje. En lugar de terminar como chatarra electrónica, muchos de estos equipos se transforman en objetos útiles y decorativos que combinan nostalgia y funcionalidad.
Una de las opciones más populares es convertirlos en lámparas LED retro. El proceso implica desmontar cuidadosamente el interior del televisor, instalar tiras LED y personalizar la carcasa con pintura o accesorios. El resultado: un punto de luz único que aporta carácter a cualquier ambiente. También pueden reconvertirse en minibares domésticos, ideales para sorprender a los invitados con una pieza vintage que guarda botellas y vasos.
Para los amantes de los videojuegos clásicos, los modelos CRT ofrecen una experiencia visual auténtica. Su baja latencia y formato nativo los hacen ideales para consolas como NES, Sega Genesis o Super Nintendo. En este contexto, muchos coleccionistas los reutilizan como monitores retro, preservando la estética y fidelidad de los juegos originales.
Los televisores más modernos, como los de panel LCD o plasma, también pueden tener una segunda oportunidad. Si aún funcionan, pueden utilizarse como monitores adicionales en escritorios, ampliando el espacio de trabajo o entretenimiento con una simple conexión HDMI o RCA.
Además del uso funcional, el potencial decorativo de estos equipos es enorme. Integrarlos como piezas de arte, vitrinas o espacios de guardado en escritorios permite prolongar su presencia en el hogar más allá de su función original, aportando un toque vintage y sostenible.
En caso de que el televisor ya no funcione, sus componentes internos pueden ser aprovechados en proyectos de electrónica o entregados en centros de reciclaje especializados. Estos garantizan un tratamiento responsable de los residuos, evitando la dispersión de sustancias peligrosas y reduciendo la huella ambiental.
Fabricantes y gobiernos locales han impulsado campañas de recolección y puntos limpios para facilitar el reciclaje. Así, el ciclo del televisor concluye de forma segura y sostenible, reinsertando materiales valiosos en nuevos procesos productivos.
✍️ Redacción Diario Inclusión










