El informe realizado por Eset determinó también que 6 de cada 10 encuestados en el país aseguró no leer «los permisos que la nueva app solicita».
Además del poco uso de antivirus en el móvil, la empresa advirtió en un comunicado sobre la poca atención que se le da a la seguridad a la hora de instalar aplicaciones, dado que seis de cada 10 encuestados en Argentina aseguró que no lee «los permisos que la nueva app solicita».
El peligro, indicó, radica en las «aplicaciones inseguras», aquellas que no califican como malware (código malicoso) y por lo tanto no pueden ser bloqueadas por software de seguridad, pero que pueden representar un riesgo «grave». «Las aplicaciones desarrolladas de manera insegura, que ponen en riesgo la privacidad o el dinero de sus usuarios son un problema creciente», sostuvo Luká Tefanko, investigador de la firma eslovaca.
Los riesgos de seguridad asociados con aplicaciones no maliciosas «se basan en las vulnerabilidades de la aplicación o de sus servidores back-end, en las comunicaciones no cifradas entre la aplicación y su servidor, filtrando información y datos confidenciales», describió, y agregó que esto evita los mecanismos de protección de la aplicación. Estas aplicaciones «son mucho más difíciles de proteger, dado que no son tomadas como una amenaza», subrayó.
El informe realizado por Eset determinó también que 6 de cada 10 encuestados en el país aseguró no leer «los permisos que la nueva app solicita».
Además del poco uso de antivirus en el móvil, la empresa advirtió en un comunicado sobre la poca atención que se le da a la seguridad a la hora de instalar aplicaciones, dado que seis de cada 10 encuestados en Argentina aseguró que no lee «los permisos que la nueva app solicita».
El peligro, indicó, radica en las «aplicaciones inseguras», aquellas que no califican como malware (código malicoso) y por lo tanto no pueden ser bloqueadas por software de seguridad, pero que pueden representar un riesgo «grave». «Las aplicaciones desarrolladas de manera insegura, que ponen en riesgo la privacidad o el dinero de sus usuarios son un problema creciente», sostuvo Luká Tefanko, investigador de la firma eslovaca.
Los riesgos de seguridad asociados con aplicaciones no maliciosas «se basan en las vulnerabilidades de la aplicación o de sus servidores back-end, en las comunicaciones no cifradas entre la aplicación y su servidor, filtrando información y datos confidenciales», describió, y agregó que esto evita los mecanismos de protección de la aplicación. Estas aplicaciones «son mucho más difíciles de proteger, dado que no son tomadas como una amenaza», subrayó.








