La interna entre Javier Milei y Victoria Villarruel alcanzó un nuevo punto de quiebre. En una entrevista transmitida por Neura, el presidente acusó a su vicepresidenta de haber promovido una maniobra desestabilizadora junto al kirchnerismo. “Si el Gobierno volaba, se quedaba ella con los kukas”, disparó Milei, en referencia a la sesión que aprobó aumentos en jubilaciones y la emergencia en discapacidad.
El mandatario calificó la sesión como “ilegal” y aseguró que implicó un “torpedo fiscal” de 2,88 puntos del PBI, equivalente a “fumarse una YPF por año”. Según su visión, la habilitación de ese debate generó ruido en los mercados y habilitó una corrida cambiaria que coincidió con una ventana de liquidez en el sistema financiero.
Milei sostuvo que Villarruel actuó en sintonía con sectores opositores para provocar una crisis institucional. “Estaba trabajando para el golpe que estaban gestionando los kukas en el Senado”, afirmó. Además, acusó a los senadores que apoyaron los proyectos de ser “asesinos de jóvenes” por condenar el futuro económico del país.
La relación entre ambos líderes de La Libertad Avanza ya venía resentida desde hace meses. El presidente reveló que Villarruel dejó de asistir a las reuniones de Gabinete desde abril, y descartó cualquier posibilidad de reconciliación. “Roma no paga traidores”, repitió como latiguillo político.
En su exposición, Milei trazó un paralelismo con el sector privado: “Si un empleado no cumple porque odia a otro, se lo despide. Nosotros tenemos un jefe, el pueblo argentino”. Y agregó: “Si yo no respeto la agenda por la que fui votado, estoy traicionando a 15 millones de personas”.
El presidente también respondió a las críticas por el nivel de las jubilaciones. Reconoció que deberían ser más altas, pero defendió su política fiscal como única vía para evitar el colapso. “Cuando llegamos, la mínima era de 80 dólares. Hoy son 320 en una economía más abierta”, argumentó.
Villarruel, por su parte, mantiene silencio público. Su entorno asegura que está enfocada en una agenda institucional y federal, sin intención de entrar en confrontaciones. Sin embargo, el impacto político de las acusaciones presidenciales reconfigura el escenario interno del oficialismo.
La ruptura entre Milei y Villarruel deja al Gobierno en una situación de alta fragilidad institucional. Las acusaciones cruzadas, el tono beligerante y la falta de diálogo abren interrogantes sobre la gobernabilidad en el tramo final del año electoral.
Redacción Diario Inclusión