Tras el contundente triunfo electoral de La Libertad Avanza, la Confederación General del Trabajo (CGT) se reorganiza para resistir la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Javier Milei. En una reunión ampliada celebrada en la sede de la UOCRA, más de 70 gremios coincidieron en que la unidad sindical será clave para bloquear el avance de lo que consideran una ofensiva contra los derechos de los trabajadores.
La imagen proyectada durante el encuentro lo resumió todo: “Ni un paso atrás”. La frase se convirtió en consigna de una estrategia que contempla desde el diálogo institucional hasta la acción directa. Aunque no se descarta la convocatoria a un paro o movilización, el primer paso será buscar consensos con gobernadores y legisladores para frenar el proyecto en el Congreso.
La reunión fue encabezada por referentes históricos como Héctor Daer, Jorge Argüello y Hugo Moyano, junto a dirigentes del Consejo Directivo y los tres nombres que suenan para liderar la CGT a partir del 5 de noviembre: Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Maia Volcovinsky. El objetivo inmediato es evitar fracturas internas y consolidar un triunvirato que represente a todos los sectores.
Incluso participaron figuras críticas de la actual conducción como Abel Furlán (UOM) y Mario “Paco” Manrique (SMATA), cercanos a Cristina Kirchner y promotores de una postura más combativa. La coyuntura parece haber apaciguado las diferencias, al menos por ahora, en pos de una defensa común frente a lo que consideran una reedición del decreto 70/23, ya impugnado judicialmente.
Gerardo Martínez, anfitrión del encuentro y representante de la CGT en el Consejo de Mayo, ratificó que “no hay ningún acuerdo posible” con el proyecto oficial. La central obrera considera que la reforma laboral busca debilitar la organización sindical y flexibilizar condiciones laborales en detrimento de los trabajadores.
Mientras Milei se reúne con gobernadores para sumar apoyos, la CGT refuerza su estructura interna y prepara una ofensiva política y gremial. El 5 de noviembre será clave: además de renovar autoridades, se definirá el tono de la resistencia sindical frente a un modelo que busca achicar el Estado y desregular el mercado laboral.
La CGT se prepara para una pulseada que será larga y compleja, pero con una consigna clara: defender los derechos conquistados y evitar retrocesos en materia laboral. La unidad sindical, más allá de las diferencias internas, será el principal escudo frente a la avanzada libertaria.
✍️ Redacción Diario Inclusión










