Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei, reapareció en público tras meses de silencio por el escándalo de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), donde se lo vinculó con una presunta comisión del 3% en contrataciones. Su regreso se dio en la jura de Pablo Quirno como canciller, donde se mostró confiado y con gestos de autoridad, como el abrazo condescendiente que le dio a Santiago Caputo, su rival interno.
El riojano había sido apartado de la mesa chica electoral luego de la derrota en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. Desde el entorno de Caputo se filtró que sería desplazado del gobierno, aprovechando el escándalo de la Suizo Argentina. Sin embargo, el inesperado triunfo de La Libertad Avanza en las legislativas lo devolvió al centro de la escena, reivindicado por su rol en el armado territorial del interior.
La ceremonia en Casa Rosada fue también una postal política. Mientras Caputo permanecía en el fondo, Karina Milei ocupaba la primera fila junto a Martín Menem, Guillermo Francos y Lisandro Catalán, figuras que Caputo buscaba desplazar si el resultado electoral era adverso. La presencia de Lule entre ellos fue leída como una señal de poder recuperado.
Luis “Toto” Caputo, otro de los ganadores del domingo, también estuvo en primera fila. Junto a Francos y Catalán, será parte de la reunión con gobernadores para discutir las reformas que Milei planea enviar al Congreso. Una imagen impensada días atrás, que refuerza el nuevo equilibrio interno en el oficialismo.
Lule Menem, que había quedado en el ojo de la tormenta por las denuncias de corrupción, vuelve ahora con el respaldo del voto popular y una renovada influencia en el esquema libertario. Su reaparición marca un giro en la interna del poder y anticipa nuevos movimientos en el tablero político.
✍️ Redacción Diario Inclusión










