La reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional atraviesa horas decisivas en el Senado, donde el oficialismo intensificó las gestiones para intentar aprobar la iniciativa antes del cierre del período legislativo. La jefa del bloque oficialista, Patricia Bullrich, lidera las negociaciones con distintos sectores políticos en un escenario marcado por la incertidumbre y la falta de consensos sólidos.
El proyecto, que propone modificaciones en aspectos centrales del régimen laboral, enfrenta resistencias tanto dentro del Congreso como fuera de él. Gobernadores vinculados al peronismo, senadores dialoguistas y organizaciones sindicales manifestaron reparos sobre el alcance de la reforma, lo que complica el armado de mayorías en la Cámara alta.
Desde el oficialismo reconocen que el conteo de votos sigue siendo ajustado y que aún hay senadores indecisos. En ese contexto, Bullrich mantiene reuniones contrarreloj con referentes provinciales y legisladores para introducir posibles cambios que permitan destrabar el debate y evitar que la iniciativa quede postergada para el próximo año.
Uno de los principales focos de tensión es la postura de los gremios, que rechazan varios puntos del proyecto por considerar que afectan derechos laborales adquiridos. La presión sindical y el posicionamiento de algunos gobernadores se convirtieron en factores determinantes para el futuro inmediato de la reforma.
Mientras tanto, el Gobierno apuesta a aprovechar las sesiones extraordinarias para avanzar con una agenda que considera prioritaria. Sin embargo, en el Senado crecen las dudas sobre si el oficialismo logrará reunir los apoyos necesarios para alcanzar la media sanción, lo que mantiene en suspenso el tratamiento de una de las reformas más sensibles del año.
Redacción: Diario Inclusión.










