El ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Germán Garavano, se refirió a una eventual destitución de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó – implicada en la causa que la investiga en la Justicia por la compra del edificio donde funciona la Procuración- y en ese contexto, remarcó que «la pelota está en el Congreso», donde se debe tratar si es removida o no.
El funcionario aseguró que Gils Carbó, «hábilmente» procura cambiar el foco de la discusión en torno a su legitimidad en el cargo, que «deberían ser los hechos de corrupción por la que se la denuncia». Asimismo, remarcó que el Gobierno no tiene «ninguna intencionalidad ni injerencia» en la causa que la investiga en la Justicia por la compra del edificio donde funciona la Procuración.
«Yo creo que hábilmente la procuradora instala esta discusión frente a una decisión gravísima de un subordinado suyo que pide su declaración indagatoria por hechos de corrupción; me parece que ése es el foco», dijo el ministro en declaraciones a la FM Radio Con Vos.
Garavano dejó en claro que el Gobierno «no tiene ninguna intencionalidad ni injerencia» en el asunto por el que la Justicia investiga a Gils Carbó, sino que «hay un fiscal que pide su indagatoria por hechos gravísimos» y es «un juez que debe decidir si hace lugar o no a esa indagatoria».
En tanto, señaló la «falta de liderazgo» de una procuradora que es «cuestionada por los propios fiscales», y puso en duda sobre esta base su capacidad para «llevar adelante una transformación de la justicia penal» como requiere Argentina, y «avanzar hacia un sistema acusatorio donde los fiscales tengan el liderazgo».
Asimismo, explicó que si «el Poder Ejecutivo cree que ella debería dar un paso al costado» es por la causa judicial abierta en su contra, y también por otro caso que «genera sospechas» y en el que existe una «imputación genérica», que tiene que ver con el entorpecimiento de la causa del empresario santacruceño Lázaro Báez, según puntualizó.
También, mencionó «procedimientos irregulares» de parte de Gils Carbó para «avanzar» contra los fiscales José María Campagnoli y Carlos Rívolo, «justo cuando estaban investigando hechos de corrupción del anterior gobierno»; así como también la falta de colaboración a los fiscales que investigan hechos de corrupción o de criminalidad común, y un «crecimiento del presupuesto que superó el de los últimos años».
Por otro lado, el ministro subrayó que, «desde el punto de vista técnico», él no tenía «una visión negativa de cómo se está llevando adelante la Procuración», sino que consideraba que Gils Carbó debería dar «un paso al costado» porque «el cargo de Procurador es aquel que debe liderar la lucha contra el delito y la corrupción».
Al ser consultado sobre la posibilidad de nombrar a alguien cercano al gobierno en lugar de Gils Carbó, dijo que «hoy existe en el Senado una mayoría enorme del peronismo, por lo cual cualquier candidato que pudiera reemplazar a la procuradora deberá ser fruto de un acuerdo político».
«Lo que está haciendo la Procuradora, inteligentemente, tal como lo han hecho otros funcionarios del gobierno anterior, es distraer la atención» y, «en lugar de explicar por qué compró un edificio muy lujoso de cuarenta y tantos millones», además de otras «irregularidades muy graves» , habla de «una posible remoción, asignando intenciones al Poder Ejecutivo», sostuvo Garavano.
Por su parte, el presidente Mauricio Macri dijo en conferencia de prensa desde Córdoba, que Gils Carbó «no es una procuradora imparcial», sino «una militante política que ha obstruido la investigación de corrupción contra los funcionarios del gobierno anterior».
«Hemos hecho un compromiso para que se acabe la impunidad en ese país. Ella tampoco ha ayudado a la lucha contra el crimen, en vez de realmente dotar a los fiscales de herramientas para luchar contra el narcotráfico, las inversiones que ha hecho la Procuración han tenido que ver con superestructuras y edificios», señaló el mandatario.
En ese marco, lamentó que la Procuradora «insista en permanecer en el cargo» al tiempo que insistió: «Utilizó su lugar para detener, demorar las investigaciones contra miembros del Gobierno anterior». «Si hay algo de lo que estoy orgulloso es que he traído a los argentinos un equipo para luchar contra la impunidad», concluyó el Presidente.