En vísperas del Día Mundial de la Salud Mental, el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la UBA presentó los resultados de su último estudio nacional, que arroja cifras preocupantes: el 35% de los argentinos entre 18 y 65 años manifiesta malestar psicológico, y el 9% se encuentra en riesgo de desarrollar un trastorno mental.
Los síntomas más reportados incluyen ansiedad, alteraciones del sueño, agotamiento emocional e irritabilidad persistente. Estos indicadores se han mantenido constantes en los 24 estudios realizados desde 2019, con un muestreo estratificado por región, edad y nivel socioeconómico, que ya abarca a más de 24.000 personas.
La investigación confirma una tendencia epidemiológica clara: el malestar psicológico afecta con mayor intensidad a mujeres, jóvenes y personas con menos recursos económicos o redes de contención. Las grandes ciudades como el AMBA y las capitales provinciales concentran los niveles más altos, aunque regiones como el NOA y el NEA también presentan cifras elevadas, vinculadas a la falta de acceso a servicios de salud mental.
Desde la pandemia, se ha registrado un aumento sostenido en la búsqueda de ayuda profesional. Uno de cada cuatro adultos ha consultado alguna vez a un psicólogo o psiquiatra, y el 14% mantiene actualmente un tratamiento activo. Este dato refleja una mayor aceptación social de la atención psicológica y una creciente conciencia sobre la importancia del bienestar emocional.
El estudio recomienda consultar a un profesional cuando se experimenta malestar subjetivo persistente —como angustia, ansiedad o tristeza prolongadas— o cuando las emociones interfieren en el sueño, el trabajo, los estudios o las relaciones personales. La detección temprana mejora significativamente el pronóstico.
Para la recolección de datos, se utilizaron instrumentos validados internacionalmente como el SCL-27, el OASIS, el ODSID-2 y la RASS para riesgo suicida, complementados con entrevistas clínicas breves. Esto permitió obtener una radiografía precisa del estado emocional de la población adulta.
En paralelo, el equipo liderado por el psicólogo Martín Juan Etchevers está desarrollando una aplicación móvil que permitirá detectar y monitorear síntomas psicológicos, brindar psicoeducación y facilitar el acceso a la consulta profesional. La herramienta apunta a democratizar el cuidado de la salud mental en todo el país.
Este proyecto busca responder a una necesidad urgente: acercar recursos de atención emocional a quienes más lo necesitan, especialmente en zonas con barreras estructurales. La tecnología se convierte así en un puente entre el malestar y la ayuda profesional.
La salud mental es un derecho y un desafío colectivo. En un contexto de creciente estrés social, visibilizar el malestar y promover el acceso a la atención es clave para construir una sociedad más saludable y empática.
📝 Redacción Diario Inclusión