Parece increíble, pero la idea de uno de los juegos más exitosos de la historia surgió… en una ducha. Así fue como Sebastian Knudson, director creativo de la empresa sueca King, imaginó un juego de caramelos de colores que hoy, más de una década después, sigue generando cifras millonarias y millones de adictos.
Desde su lanzamiento en 2012, Candy Crush Saga ha sido completado en más de 5 billones de niveles, y según estimaciones, los jugadores deslizaron el dedo tantas veces que sumaron el equivalente a dar tres vueltas y media al mundo.
Detrás del fenómeno hay una historia de estrategia e insistencia. La empresa King nació en 2003 con otro nombre, Midas Player, y fue fundada por un grupo de emprendedores que venían de sectores tan diversos como apps de citas y portales de noticias. Su líder, el italiano Riccardo Zacconi, entendió en 2009 que el futuro estaba en Facebook, y puso a medio equipo a experimentar con juegos para esa plataforma. Así nacieron éxitos como Bubble Witch Saga, pero el boom verdadero fue Candy Crush.
Aunque al principio no le tenían mucha fe, todo cambió cuando lanzaron la versión móvil en noviembre de 2012. El crecimiento fue tan explosivo que en solo un mes superaron los ingresos que esperaban para todo el siguiente año. Al año siguiente, King facturaba unos 600 mil dólares diarios solo con compras dentro del juego.
En 2014 la empresa salió a la bolsa, pero el temor a que Candy Crush fuera un éxito único hizo tambalear las acciones. Ese miedo terminó en 2015, cuando Activision Blizzard compró King por 5.900 millones de dólares. La jugada les salió bien: en 2021, King superó por primera vez los mil millones de dólares en ingresos operativos, y hoy Candy Crush representa una parte esencial del negocio global de Activision.
Pese a los años, el juego no pasó de moda. Hoy cuenta con más de 200 millones de usuarios activos mensuales, y la compañía planea seguir desarrollando la franquicia por al menos 20 o 30 años más.
Una idea simple, una ejecución brillante y una combinación de estrategia, timing y caramelos. Así se construyó uno de los imperios más dulces de la industria del videojuego.
Redacción: Diario Inclusión.










