Carrefour avanza con un profundo plan de reestructuración global que ya provocó su salida de varios países y que ahora incluye la decisión de poner en venta su operación en Argentina, donde posee una de sus redes más grandes de tiendas. La medida forma parte del programa encabezado por el CEO Alexandre Bompard, orientado a reducir costos, priorizar la rentabilidad y concentrar recursos en los mercados más sólidos para la empresa.
Un repliegue internacional que sorprende
El proceso de desinversión no se limita al mercado argentino. En los últimos años la compañía se retiró de China, Taiwán, Italia y Colombia, y actualmente analiza alternativas en Polonia. La estrategia, impulsada desde 2017, apunta a concentrarse únicamente en tres países considerados estratégicos y altamente rentables: Francia, España y Brasil.
Según el balance global, Argentina representa apenas el 4% de la facturación del grupo, mientras que Brasil —con poco más de 1000 tiendas— factura cinco veces más. A esto se suma un factor determinante: la aplicación obligatoria de la norma contable IAS 29 para economías hiperinflacionarias, que entre 2024 y 2025 le implicó a Carrefour un impacto negativo superior a 600 millones de euros.
Las raíces de un gigante que se replegó
Fundada en Francia en 1960, Carrefour fue pionera del modelo de hipermercado y logró expandirse hasta alcanzar más de 40 países. Su llegada a Argentina en 1982 marcó el inicio de una etapa de fuerte crecimiento: amplió su red, absorbió cadenas históricas como Casa Tía y Norte, y llegó a controlar un tercio del mercado local tras la fusión global con Promodès en 1999.
Sin embargo, el negocio comenzó a mostrar señales de desgaste. El auge del comercio electrónico, la presión de los supermercados de descuento en Europa y la caída de rentabilidad en varios mercados fueron debilitando el desempeño global. En Argentina, la compañía pidió un procedimiento preventivo de crisis en 2018 alegando tres años consecutivos de pérdidas y altos costos de operación.
En paralelo, la empresa atravesó fuertes tensiones internas: cinco cambios de gerente general en siete años, disputas con proveedores, conflictos con franquiciados y un portfolio de formatos cada vez más complejo.
El plan Bompard: achicar para sobrevivir
Cuando Alexandre Bompard asumió como CEO en 2017, enfrentó balances en rojo y una acción que no repuntaba en la bolsa. Su respuesta fue un plan quinquenal de reestructuración que incluía:
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Fuerte inversión en e-commerce.
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Programas de retiro voluntario.
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Recorte de costos por 2.000 millones de euros.
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Venta de activos no estratégicos.
En 2022 el ejecutivo redobló la apuesta con el Proyecto 2026, que prevé otros 4.000 millones de euros en ahorro y la continuidad de la venta de mercados con bajo rendimiento operativo.
En este contexto, Argentina quedó señalada como una operación a revisar, pese a su presencia territorial y volumen: los números globales no acompañan y la volatilidad macroeconómica complica la proyección de la compañía.
Quién puede quedarse con Carrefour en Argentina
Aunque aún no hay una definición oficial, en el sector circulan varios nombres de posibles compradores: Chango Más, Francisco de Narváez, Cencosud (dueña de Jumbo, Disco y Vea) y Alfredo Coto. Cualquier operación deberá pasar por el escrutinio de Defensa de la Competencia, ya que un eventual comprador podría volver a concentrar un tercio del mercado minorista nacional.
El futuro del gigante francés
Carrefour busca simplificar su estructura global y recuperar eficiencia en un negocio caracterizado por márgenes históricos muy bajos. La eventual venta de su unidad argentina será un paso más dentro de un proceso ya avanzado, que apunta a fortalecer su posición en los países más rentables y abandonar aquellos donde las condiciones financieras y regulatorias complejizan el funcionamiento.
Mientras tanto, el sector local aguarda definiciones. La salida de un actor de la magnitud de Carrefour podría reordenar por completo el mapa supermercadista argentino.
Redacción: Diario Inclusión.










