El periodista y economista Maxi Montenegro analizó los últimos datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y advirtió que el país atravesó la corrida cambiaria más intensa desde la salida de la convertibilidad en 2001.
De acuerdo con el balance cambiario de septiembre, el sector privado no financiero compró más de 6.500 millones de dólares, acumulando 24.500 millones en solo seis meses.
“Esta fue la dolarización más fuerte de las últimas dos décadas”, explicó Montenegro, al detallar que la corrida se produjo en plena campaña electoral, impulsada por la incertidumbre económica y política.
Dólar, refugio frente a la desconfianza
El informe detalla que en septiembre 1,8 millones de personas adquirieron divisas, con un promedio de 2.500 dólares por comprador, aunque con marcadas diferencias: mientras algunos compraron millones, otros apenas unos pocos cientos.
Montenegro remarcó que la falta de reservas del Banco Central y la desconfianza en el peso argentino alimentaron el fenómeno:
“El gobierno ayudó mucho para que eso ocurriera. La economía se quedó sin pesos y la gente se llevó los dólares”, sostuvo.
Según el economista, una parte de las compras se destinó al pago de tarjetas y gastos en el exterior, otra al mercado financiero (dólar MEP) y el resto al atesoramiento.
Recomponer confianza: el desafío del nuevo ciclo
Pese al impacto negativo de la corrida, Montenegro destacó que la coyuntura actual también podría abrir una oportunidad de recomposición si el Gobierno logra restablecer la confianza y atraer dólares al sistema financiero.
“Si los que se llevaron los dólares los vuelcan nuevamente y el Banco Central logra acumular reservas, el escenario podría volverse expansivo”, afirmó.
De cara al año próximo, el analista anticipó que el ingreso de divisas y la expansión monetaria serán factores decisivos para la recuperación económica y el control de la inflación.
Reordenamiento político y señales de poder
En la última parte de su análisis, Montenegro abordó el reacomodamiento político dentro del gobierno de Javier Milei, destacando el rol central de Karina Milei y el desplazamiento de Santiago Caputo a un segundo plano.
El periodista interpretó estos movimientos como parte de una estrategia para consolidar el poder interno y enviar “una señal clara de orden político” tras la turbulencia económica y la intensa corrida cambiaria.
Redacción: Diario Inclusión.










